Aunque no es una plaga mortal, es «puñetera», afirma José Francisco Nebot, responsable de cítricos de Fepac-Asaja. Habla del cotonet de les Valls, que se ha extendido ya por la Plana Baixa. Esta cochinilla (Delottococcus aberiae de nombre científico) de origen subsahariano fue detectada por primera vez en Benifairó de les Valls en el 2009 y, tras unos años en que parecía haberse quedado en este rincón septentrional de la provincia de Valencia, ha dado el salto a Castellón.

«En Betxí la detectamos el año pasado» y en este ya se ha percibido su presencia en otras localidades, como «les Alqueries o Vila-real», concreta. También en fincas de «Castellón y Almassora», en la Plana Alta, ha sido constatada su afección. Aunque todavía se trata de parcelas puntuales, afirma, «dentro de dos años estará por toda la provincia», se lamenta este responsable citrícola.

Y es que la dificultad para ser tratada (es más activo durante la floración) se suma al hecho de que es la propia actividad humana la que provoca la extensión de la plaga. «Los transmisores somos nosotros», asegura a este diario Nebot. Esta propagación se produce, precisamente, a través de los cajones de naranja: «Entra en una finca por donde se descargan los cajones», afirma. Y es que estos se desinfectan al inicio de la campaña, pero es materialmente imposible realizar una desinfección después de cada descarga. Esto elevaría sobremanera los costes de recolección.

Con ello, los agricultores deberán estar atentos «hacia mayo» para realizar los tratamientos permitidos si no quieren tener fruta deforme (esto es lo que produce) en la próxima campaña.