El temporal de lluvia y viento que azota este fin de semana a Castellón con acumulados de hasta casi 100 l/m2 en algunos puntos de la provincia, provocó ayer la muerte de un joven al volante en la capital, y heridas graves a una mujer de la Vall, por la caída de un muro. En el primero de los casos, en plena tormenta, un joven perdía la vida en el camino de Serradal cerca de la medianoche del viernes al sábado, cuando el joven perdió el control de su vehículo y terminó volcando en la acequia. El vehículo quedó boca abajo sobre el canal de riego, que en ese momento tenía más de medio metro de agua.

Varios conductores que transitaban por el lugar alertaron al centro de emergencias, por lo que se montó un operativo para socorrer al joven al que, según los testigos, no habían visto salir del interior del turismo tras el accidente, según informa la Policía Local de Castellón. Los bomberos, tras bajar al interior de la acequia y rastrear su fondo, localizaron a pocos metros del lugar donde se encontraba el vehículo el cuerpo sin vida de D.F.M., de 30 años y que, al parecer y debido a la fuerte colisión, salió despedido del interior del habitáculo del coche por circunstancias que investiga la unidad de Atestados, según las mismas fuentes.

Las lluvias estuvieron detrás también de la caída del muro que causó heridas a una vecina de la Vall d’Uixó de 61 años. El suceso ocurrió cuando la mujer paseaba por la calle carretera Segorbe junto a su marido. En ese momento, la pared que cerraba un solar se desplomó sobre ellos, alcanzando solo a ella, que quedó inconsciente sobre el suelo hasta que fue atendida por una SAMU y trasladada hasta el Hospital de la Plana, según explicaron fuentes de la Policía Local.

AUXILIO DE CONDUCTORES // Por otro lado, el temporal de lluvia y viento causó numerosos casos de vehículos bloqueados en puentes y barrancos, como sucedió en la mañana en Vila-real, donde los Bomberos del Consorcio Provincial tuvieron que auxiliar a dos conductores; además, se dieron decenas de casos de caídas de cornisas y árboles, sin que en estos casos se registraran daños personales. Finalmente, decenas de caminos rurales se vieron afectados y tuvieron que cortarse al tráfico, como el de Vilafranca a Portell, por la crecida de la rambla.