El turismo nunca falla y este año no va a ser diferente. Los municipios de la costa de Castellón se preparan para otro verano récord. No será el primero. Las cifras de viajeros llevan cinco años consecutivos de hito en hito y para las próximas 12 semanas, y salvo imprevistos o desastres, se esperan más de 850.000 turistas y 4,5 millones de pernoctaciones hoteleras. Pero quienes elijan pasar sus vacaciones en un hotel o apartamento de Vinaròs, Peñíscola, Orpesa o Benicàssim se van a encontrar con precios más altos. Tras años con el cinturón apretado para no perder más clientes, los alojamientos de la provincia suben precios y ganan en rentabilidad. Es una consecuencia más de la recuperación económica.

Los primeros que lo van a notar van a ser los clientes de los hoteles de la costa, cuyos precios este año van a ser entre un 3 y un 5% más altos. Este sector, de hecho, ha necesitado diez años y varias temporadas de crecimiento ininterrumpido, para mover unas tarifas que llevan años congeladas. «Las expectativas son francamente buenas en ocupación, con entre un 5 y un 7% más que el verano anterior, y un incremento de precios del 3 al 5%», apunta Javier Gallego, responsable de alojamiento de la patronal turística Ashotur y presidente del club de producto Introducing Castellón.

Las tarifas de hoteles y restaurantes han aumentado un 1,7% en lo que va de año en Castellón, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y todo apunta a que la escalada de precios seguirá. A nivel nacional, el incremento es prácticamente el mismo y pasar una noche en un hotel no es lo único que sube. El precio de los vuelos nacionales también ha aumentado un 3,3% y el de los internacionales, el 0,4%, por lo que las familias de la provincia que viajen fuera también van a pagar algo más.

Pero, ¿qué cuesta una noche de hotel en Peñíscola u Orpesa? Trivago acaba de hacer público el informe Hotel Price Index y revela que el coste medio por noche en la ciudad del Papa Luna se situó en junio en 115 euros. Hace un año la tarifa era de 99 euros. Y en Orpesa sucede algo similar, de los 104 euros del año pasado, a los 111 de principios de verano.

Los hoteles son más caros y los apartamentos en la playa, también. Arrendar una vivienda vacacional en la costa de Castellón también ha pegado un subidón este verano por la llegada de más turistas y por el empujoncito presupuestario que el crecimiento del empleo ha supuesto en el bolsillo de las familias. Así, el precio de los alquileres playeros ha crecido casi dos dígitos; en concreto el 9,8%, según el último informe Arrendamientos Costeros que publica TecniTasa y que revela también que los destinos más caros de Castellón son Alcossebre y Peñíscola, donde arrendar una vivienda vacacional cuesta una media de 700 euros a la semana.

Del incremento de los precios del alquiler no se libra prácticamente ningún municipio del litoral y mucho menos Benicàssim, donde buena parte de sus apartamentos y villas son utilizadas como segunda residencia. «Demanda siempre ha habido y este año todavía más», argumentan desde Vicente Bayo Inmobiliarias, que hablan también de un repunte de las tarifas medias.

CÁMPINGS AL ALZA // Quienes también pronostican un buen verano son los cámpings. «Este año estamos viendo cosas que hace mucho tiempo que no veíamos. Hay alegría y eso nos va a permitir de cara al año que viene subir ligeramente los precios, ya que hace diez años que los tenemos congelados», describe José María López, presidente de la Asociación de Cámpings de Castellón, que asegura que la clave está en seguir invirtiendo para dar un servicio de calidad y de vanguardia.

Suben hoteles, apartamentos y, por el efecto arrastre, también los bares y restaurantes, que este año sí se atreven a incrementar ligeramente sus tarifas. «Llevamos años de ajustes, trabajando muchas horas en verano y con márgenes muy ajustados. Ahora parece que hay más alegría. El turista ya no tiene tanto miedo a gastar y eso nos va a permitir revisar precios», aseguran en un restaurante de Peñíscola.