Un buen tramo de la avenida la Murà --el que discurre entre la avenida Cedre y las calles Cervantes y Benedito-- volvió anoche a convertirse en el centro neurálgico de las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia, como ya ocurriera el pasado sábado con el concurso de paellas para peñas, al ser el escenario de una nueva edición del Macrosopar de Veïns que organiza la Concejalía de Participación Ciudadana, en colaboración con los responsables de festejos.

Una cena multitudinaria a a la que, en esta ocasión, se sumaron 2.000 vecinos de los distintos barrios de la ciudad. Una cifra de la que se mostró «muy satisfecha» la edila del área, Gemma Gil, quien destacó la introducción en esta 11ª edición de la cena vecinal de un sistema de tíquets numerados «que han facilitado la labor de distribución de los asistentes en las mesas habilitadas en la zona».

Este peculiar pa i porta, en el que la Concejalía aporta el picoteo y la bebida y los participantes se encargan de traer los bocatas o los guisos más exquisitos, también sirvió como escenario en el que el grupo de baile de la AAVV del barrio Hospital mostró lo aprendido durante el año, como paso previo a la actuación de la orquesta que amenizó una velada en la que los residentes de todas las zonas de Vila-real, organizados en torno a sus respectivas entidades vecinales, comparten mesa y mantel y en el que, además de darle placer al paladar también se comparten experiencias e, incluso, se ponen en cartera posibles reivindicaciones que realizar a las autoridades municipales para mejorar cada uno de los barrios representados.