El Ayuntamiento de Vila-real prevé una reducción de ingresos por la liberalización del peaje de la autopista AP-7, prevista para el uno de enero del próximo año. Este esperado hecho supondrá un nuevo revés para las arcas municipales, más de 180.000 euros se dejarán de ingresar por el IBI que, en la actualidad, paga la empresa concesionaria por el tramo de autopista que discurre en término de la localidad.

«Si todo sigue su curso como está previsto, y todo parece indicar que así será, la concesión de la AP7 acabará el 31 de diciembre de 2019 y el Gobierno ha iniciado ya los trámites necesarios para la reversión al Estado. Una noticia que llevábamos años esperando y que aplaudimos, pero que suma una nueva merma de ingresos a la ya delicada situación económica municipal», valoró el concejal de Territorio, Emilio Obiol.

En esta tónica, el edil explicó que «cuando la carretera pase de nuevo a ser pública, dejará de estar sujeta al pago de este impuesto, por lo que a las previsiones presupuestarias del próximo año deberemos restarle esta cantidad». En este sentido, el alcalde, José Benlloch, recordó que «esta circunstancia se suma a otras importantes caídas de ingresos que está sufriendo el presupuesto municipal en los últimos años».

Tal y como se anunció durante las pasadas semanas, la actualización del padrón de IBI de urbana para resolver la situación de las parcelas en suelo no pormenorizado o la caída de la recaudación en plusvalías, con entre 500.000 y 600.000 euros menos de lo previsto, son algunas de las partidas que se verán mermadas en esta fuerte caída de los ingresos. A ellas se añaden los 300.000 euros menos previstos en las transferencias directas del Gobierno de España y la devolución de 200.000 euros de la Participación en los Ingresos del Estado (PIE) adelantada en 2018.

Así, el munícipe concluyó asegurando que «la futura liberalización de la autopista es una noticia que llevábamos reivindicando años y por la que, evidentemente, nos felicitamos. Pero es importante que seamos conscientes de que todo tiene sus consecuencias y su coste. En este caso, 180.000 euros menos para los presupuestos de Vila-real, que se suman a la difícil situación por la que ya atraviesan las cuentas municipales, después del pago de 44 millones de euros por la herencia del PP en empastres urbanísticos, los 10 millones que ya hemos pagado del préstamo millonario o los 9 millones que encontramos en facturas en los cajones».