La ausencia de alegaciones ha acelerado la entrada en vigor del presupuesto municipal de Vila-real para el presente ejercicio del 2020. Se trata de un hecho inusual, por cuanto hacía varios años que las cuentas siempre se encontraban con el hándicap de las alegaciones que al menos presentaban una funcionaria y uno de los sindicatos policiales. Es por ello que el portavoz del equipo de gobierno, Javier Serralvo, celebró ayer la aprobación definitiva del presupuesto, que salió adelante en el pleno del pasado 17 de enero, con el respaldo de los 13 concejales del PSPV-PSOE y el de Unides Podem --al inicio de la legislatura aceptó la invitación del alcalde, José Benlloch, para formar parte del ejecutivo local--, y los votos en contra de toda la oposición (PP, Compromís, Ciudadanos y Vox).

«REEQUILIBRIO» // De esta forma, las diferentes concejalías ya pueden disponer de recursos para su labor del día a día y proyectos incluidos en unas cuentas que suman 47.165.000 euros y que, como indicó el edil Serralvo, son las del «reequilibrio», a la vez que destacó la reducción de la deuda, que prevén que a final de año esté «13 puntos por debajo del 72% que hay ahora mismo». Un menor endeudamiento al que, según el portavoz del equipo de gobierno, se llega «después de todos los esfuerzos» que están haciendo «con la hipoteca urbanística que tiene el consistorio, a causa de la gestión del anterior gobierno del PP».

Para Serralvo, el hecho de que no hayan presentado alegaciones a las cuentas del 2020 es sinónimo de que «aquellos que habitualmente lo hacían, han entendido que cumplen la normativa y que no hay nada ilegal».

Con todo, lamenta que la oposición, que votó en bloque en contra, «tampoco ha presentado alegación o propuesta alguna, pese a que han tenido la documentación desde diciembre».