Vila-real cuenta desde ayer con un centro comercial al aire libre en el corazón de la ciudad. La avenida la Murà deja de ser durante unas semanas un vaivén continuo de vehículos para convertirse, por segundo año, en un punto de ocio y entretenimiento para toda la familia.

La Fira de Nadal bajó ayer por la tarde el telón y, con ello, abrió un sinfín de posibilidades de esparcimiento para todas las edades. La pista de hielo, que el año pasado fue el mayor reclamo de la muestra e hizo las delicias de los más jóvenes, repite como principal foco de diversión junto a las atracciones y los espectáculos de animación.

Más allá de garantizar a las familias esa vertiente lúdica, la feria no deja de lado su esencia. Y es que, al fin y al cabo, el gran objetivo que persigue el Ayuntamiento es incentivar el comercio local para que los vecinos encuentren a su disposición todo lo que precisen y no tengan la necesidad de irse fuera. Para ello, el recinto tiene 18 estands que venden productos y artículos de toda variedad.

Precios asequibles

Tras el éxito de la primera edición, que contó con una asistencia diaria de alrededor de mil personas, el consistorio repite la misma fórmula y ofrece precios asequibles para subir a las atracciones. Así, los tíquets para patinar en la pista de hielo tienen un coste de 2 euros, mientras que, por ejemplo, un viaje en el carrusel vale 1,5 euros.

La principal novedad en la muestra navideña de este año es su duración, ya que alargará los días de apertura para dinamizar la ciudad un mayor periodo de tiempo. Una batucada será la encargada de clausurar la muestra el 3 de enero, para que, de esta manera, la Cavalcada de Reis que organiza Joventut Antoniana pueda desarrollarse con total normalidad la tarde-noche del día 5 y no vea alterado su recorrido festivo.