Mascotas y animales fueron ayer, un año más, protagonistas de la jornada en Vila-real. Y es que estos se pasearon, algunos en brazos de sus dueños, por las calles del centro de la ciudad, en el marco de la tradicional Matxà que cada año, desde 1973, organiza la Congregació de Lluïsos.

La entidad preparó para la ocasión unos 4.000 rotllos, que, como de costumbre, repartieron entre los asistentes a la cita al finalizar el recorrido, después del trayecto por las vías urbanas de la Murà, Pius XII, Cardenal Tarancón, Raval del Carme, Major Sant Doménec, plazas Major y de la Vila, Major Sant Jaume y Pere III, hasta llegar de nuevo frente a la sede de Lluïsos, lugar desde donde partió la tradicional romería.

Todo tipo de ejemplares tuvieron ocasión de protagonizar una Matxà en la que no faltó la habitual foguera en la plaza Mossén Ballester. Aves de distintos tipos, gatos, caballos y otros equinos, pequeñas tortugas o peces y, mayoritariamente, perros de todas las razas recorrieron el trayecto del desfile que, como es habitual, tuvo sus momentos gastronómicos, degustando a medio camino rotllets de anís y mistela.

Respaldo unánime

La de ayer fue, de nuevo, una Matxà para la historia, por cuanto la alta participación continúa siendo el principal apoyo para que Lluïsos dé continuidad a esta larga y arraigada costumbre.

Por otra parte, la fiesta se traslada hoy, a las 13.00 horas, al paraje del Termet de la Mare de Déu de Gràcia, de la mano de las concejalías de Tradiciones y de Ermita, de manera que se celebrará una misa por Sant Antoni y el posterior reparto de panets. En total, el Ayuntamiento encarga 1.200 unidades de panadería, 100 de ellas sin gluten.