Más de 2.000 vila-realenses se reunieron anoche en la avenida La Murà para celebrar el macrosopar de vecinos, el último de los encuentros multitudinarios de las fiestas en honor a la Mare de Déu de Gràcia.

Cada grupo se organizó para preparar su propia cena, mientras que la Junta de Festes, por el precio simbólico de un euro por persona, se encargó de que no faltara la bebida, las olivas y las patatas.

Entre las asociaciones de vecinos que organizaron comitivas más numerosas destacó sobre todo la del barrio del Cristo del Hospital, que rozó los 600 asistentes. Entre ellos había una nutrida representación del grupo de bailes latinos de esta entidad vecinal, que actúo durante la cena para amenizar la velada y para mostrar los avances logrados durante la temporada anterior.

Además, el barrio del Pilar aportó aproximadamente 200 comensales, y también hubo nutridas representaciones de asociaciones de barrios como la Séquia Major, la Sénia, la Soledad, Torre Motxa, El Calvari, El Progrés o Sant Ferran, entre otros.

El presidente de la federación de asociaciones de vecinos vila-realense, Joaquín Bartoll, destacó que este acto sirve para que muchos vecinos se reencuentren tras el verano, en especial aquellos que durante las fiestas no forman parte de ninguna peña. H