Lo que comenzó como una comida de fraternidad entre dos peñas hace tan solo ocho años se ha convertido en uno de los actos más multitudinarios de las fiestas patronales de Vila-real. Se trata del dinar de la Picú, como se conoce en el municipio la paella que cada segundo sábado de fiestas organiza este colectivo festivo con casal en el Raval del Carme.

Su presidente, Paco Llorens, recuerda que “el primer año, que fue el 2008, se organizó como un encuentro de hermandad con la peña Mustafà”. En aquella ocasión se juntaron alrededor de los platos de arroz unas 60 personas.

El encuentro evolucionó al año siguiente, cuando la Picú cumplía 10 primaveras desde su fundación, en 1999. “Pensamos en hacer algo distinto, e invitamos a varias peñas que tienen los casals en la misma calle que nosotros”, rememora este representante festivo.

CRECIMIENTO // Aquella edición fue un éxito y, gracias a un acuerdo con una discoteca del municipio, fue la primera ocasión en la que se pudo ver una de las imágenes más representativas de este ya tradicional encuentro: al pinchadiscos poniendo la música desde el balcón del casal.

“Al ver que la gente se lo pasaba bien, decidimos ampliar más la cita, que año tras año ha ido creciendo hasta llegar a los números actuales”, afirma Llorens, para añadir que el próximo sábado serán más de 650 comensales los que se sentarán en la mesa.

LÍMITES // Con el evento tan consolidado, en las últimas ediciones ha tocado poner límites, algo que los miembros de este colectivo consideran “una lástima”, pero lo mejor para que no se les fuera totalmente de las manos. De lo contrario, y ateniendo a las solicitudes que reciben antes de cada celebración patronal, calculan que la asistencia podría superar las 900 personas.

Dos condicionantes obligan a ajustar el número de asistentes a la cifra actual. El primero es el propio espacio, puesto que ya ocupan toda la calle y la paella se cocina en la parte trasera de la plaza Major. El otro motivo atañe, especialmente, a las fiestas de Sant Pasqual, porque en mayo el bou per la vila comienza a las 18.00 horas, y ello obliga a disponer de un tiempo prudencial para dejar el Raval del Carme en condiciones.

El precio de la comida es de 10 euros y con ello los asistentes pagan a la empresa que se encarga de la paella, a otra firma que pone la música y la bebida, aunque lo importante no se paga con dinero. Y es que el evento, celebrado cada último sábado de fiestas, se ha convertido en el “colofón” a 10 días de celebración. En solo 72 horas, otro episodio de esta historia de éxito asegurado. H