Al Villarreal CF le tocará bailar este domingo con la más fea. Dejando al margen a Barcelona y Real Madrid, en estos momentos el tercer mejor equipo de LaLiga es, sin duda, el Sevilla FC, tercer clasificado a solo tres puntos de los colíderes anteriormente mencionados y que, como añadido para la dificultad que se encontrará el Submarino, gozará del factor Sánchez Pizjuán en el duelo dominical (18.00 horas).

El regreso de Monchi a la dirección deportiva del equipo andaluz y la llegada al banquillo de Julen Lopetegui, tras su fiasco con lo sucedido con la selección española y el Real Madrid, han provocado un salto de calidad para un combinado hispalense que, además de brillar en Liga, también se ha paseado en la Europa League.

Con 14 novedades

La limpieza en el vestuario en cuanto a salidas, provocó que el pasado verano Monchi tuviera que realizar hasta 14 incorporaciones, 12 fichajes y dos cedidos: Reguilón y el meta Bono. A partir de ahí, duro ha sido el trabajo de un Lopetegui que está sabiendo cohesionar rápidamente a un equipo que pone en práctica su filosofía: fuerte presión sobre el rival, fútbol combinativo con posesión del balón y amplitud ofensiva por bandas.

Es la fórmula de un técnico guipuzcoano que suele utilizar un 4-3-3 como sistema de cabecera pero que ante el Villarreal no podrá contar con su mejor hombre, el argentino Ocampos (sancionado), y que tiene la duda de otro de sus extremos habituales, el veterano Nolito.

Vaclík, fiabilidad con nivel Champions

El meta del Sevilla es el checo (29 veces internacional) Tomas Vaclík. A sus 30 años, alcanzó la madurez siendo santo y seña en el Basilea suizo, en el que militó 4 años y jugó 22 partidos de Champions League. Es el tercer mejor portero de LaLiga, encajando 15 goles en 16 partidos, dejando en siete de ellos su portería a cero.

Jules Koundé-Diego Carlos, los centrales

El regreso al Sevilla de Monchi como director deportivo provocó que el club hispalense realizara un buen puñado de fichajes de esos llamados desconocidos para el gran público. En defensa, la apuesta le salió bien al conjunto andaluz: arriesgó y ganó.

Los sevillistas pagaron este verano 25 millones de euros por el franco-beninés Jules Koundé, de 21 años, al Girondins de Burdeos y 15 millones al Nantes por el brasileño Diego Carlos, dos centrales de primer nivel y que son parte de la piedra angular del equipo, al igual que los laterales titulares: Jesús Navas —vive una segunda juventud— y el cedido por el Madrid Reguilón (22 años).

Un centro del campo que lo tiene todo

Lopetegui suele jugar con una línea de tres centrocampistas puros, con dos extremos abiertos y un delantero centro. Pues en la línea medular, la de creación y recuperación, el preparador guipuzcoano lo tiene todo.

Sus triangulo invertido habitual aúna fuerza, resistencia, trabajo, movilidad, visión de juego y talento. El pivote defensivo e iniciador de juego es el brasileño de 32 años Fernando, otrora futbolista importantísimo tanto en el Oporto como en el Manchester City. A sus costados cuenta con la clase de Banega y con el estilo box to box de Joan Jordán (2 goles). Y como recambios, el Mudo Vázquez (2 goles), Óliver o Gudelj.

Delanteros sin gol, el único punto débil

El único pero que se le puede poner al conjunto de Lopetegui es el hecho de que sus delanteros no tienen gol. Y no quiere decir que los sevillistas no hayan invertido en ataque, ya que la entidad que preside Pepe Castro ha desembolsado 77,2 millones de euros en cinco atacantes: 25 por el inédito Rony Lopes, Dabbur (17 millones), Ocampos (15), De Jong (12,5) y Chicharito (7,7). Junto a ellos, se mantienen del pasado año Nolito y Munir.

Solo está cumpliento las expectativas Ocampos, con 5 goles, mientras que De Jong y Nolita suman dos tantos, uno Chicharito y Munir, y el israelí Dabbur sigue sin mojar.