INGREDIENTES

Una docena de huevos, una trufa de invierno fresca (‘tuber melanosporun’) y un recipiente preferiblemente de cristal, amplio y hermético.

ELABORACIÓN

Poner en el fondo del recipiente un papel absorbente, los huevos con cuidado de no romperlos y la trufa bien lavada. Cerrar y guardar en la nevera. Dejar los huevos un par de días o tres, dependiendo del estado de maduración de la trufa. El huevo tiene la cáscara porosa y esta propiedad es la que hará que el aroma de la trufa penetre en su interior fijándose en la yema.

EL TRUCO

Así tendremos huevos trufados para utilizarlos en varias preparaciones (revueltos, tortillas, mayonesa, flanes, pudin...). Una de las mejores recetas son los huevos fritos mojando la yema con pan.