El higo chumbo es el fruto de la chumbera, que crece de forma silvestre en las regiones del Mediterráneo y en diferentes zonas templadas y cálidas del mundo. El higo chumbo es originario de México, donde se consume desde hace 9.000 años. En la antigüedad eran muy apreciados por las propiedades medicinales. Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo por parte de los españoles, el higo chumbo fue uno de los primeros productos que se trajeron a España. La climatológica del Mediterráneo propició una rápida expansión por la ribera del Mare Nostrum a partir del siglo XVI.

Las propiedades alimenticias de esta fruta también adquirieron importancia para los musulmanes de la Península, que los llevaron al Norte de África llamándolos higo de los cristianos. Las propiedades antiescorbúticas hicieron que durante el siglo XVIII no faltaran en la dieta de los marinos.

El higo chumbo se puede encontrar en los mercados municipales de nuestra ciudad fresco y en conserva y su mejor época son los meses de más calor.

Para saber si un higo fresco ha alcanzado su punto de madurez es necesario conocer la diversidad de colores en sus diferentes etapas. Si están destinados al consumo en fresco se recolectan cuando presentan tonalidades verdosas, amarillentas o anaranjadas. Cuando está rojo intenso están pasados y las semillas son demasiado grandes para el consumo. La forma ovalada, uniforme, y la piel brillante de los frutos también son características que muestran un estado óptimo para el consumo ya que, generalmente, los ejemplares demasiado maduros terminan por deformarse.

Para pelarlos, los extenderemos en un suelo de arena y removeremos con una escoba de esparto y para eliminar pinchas. Realizaremos tres cortes: dos en cada una de sus bases y otra que atraviesa su piel horizontalmente. Tras separar la piel, la pulpa surge completa.