La gala de entrega de las estrellas Michelin 2023, celebrada hoy en Toledo, se ha saldado sin novedades para los restaurantes de Castellón. Esto significa que el año que viene la provincia seguirá teniendo tres locales estrellados: Cal Paradís, en Vall d’Alba; Raúl Resino, en Benicarló; y Atalaya, en Alcossebre.

El primero, con el chef Miguel Barrera al frente, es el que más tiempo ostenta este galardón, desde 2013. Con una cocina enraizada en los productos de proximidad, como la tomata de penjar, la trufa, la alcachofa o las setas, el cocinero de Vall d’Alba lleva ya casi una década situado entre la élite de la cocina española.

Tres años después lo logró Raúl Resino, con una apuesta clara por los productos del mar y la aplicación de técnicas innovadoras, que logran convertir pescados o mariscos humildes, como por ejemplo la galera, en platos de alta cocina. Resino, además, fue elegido cocinero del año en España en 2016. 

Alejandra Herrador y Emanuel Carlucci fueron, el año pasado, los últimos en incorporarse al panteón de elegidos con Atalaya. A diferencia de los otros restaurantes castellonenses con estrella, su cocina es más difícil de etiquetar. «Hacemos lo que nos apetece, cogiendo recetas que conocemos y mejorándolas», explicó Herrador a Mediterráneo. De este planteamiento salen platos tan originales como una ostra con jugo de tomates de penjar y granizado de apio o una raya con beurre blanc, ñoquis de limón y colágeno crujiente.