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Distinciones

José Andrés, el cocinero que dio con la receta para ganarse al mundo entero

Los amigos y colegas del mierense, Medalla de Asturias 2023, destacan su "personalidad arrolladora y gran corazón", y su determinación para lograr todo aquello que se propone

Detalle de «José Andrés y la olla que alimenta al mundo entero», retrato realizado por Kadir Nelson para el Museo Smithsonian de Washington.

Hará cosa de doce días, coincidiendo con la llegada de una ola de calor, llegó también José Andrés a Asturias. Y su visita fue tan rápida y fugaz como lo que duró ese azote de altas temperaturas, concentrados ambos fenómenos –el de la visita de José Andrés y el de la ola de calor– en poco más de 48 horas. Pero ambos hechos dejaron huella. El subidón de termómetros, en forma de registros históricos y la estancia de José Andrés, en el ánimo de los amigos con los que se encontró y que no por conocerle desde hace décadas dejan de sorprenderse con su fuerza, su carácter arrollador, su intensa agenda y su determinación para llevar a cabo todo lo que se le pasa por la cabeza, que no es poco.

José Andrés no necesita a estas alturas presentaciones. De hecho, ni necesita que se le llame por su nombre completo, basta el José Andrés a secas desde hace mucho tiempo para hablar de José Ramón Andrés Puerta, un asturiano nacido en Mieres en 1969 y que ha hecho historia por haber conquistado a los estadounidense por el paladar. Empezó como cocinero, pero ahora ya es mucho más que eso: empresario, filántropo, comunicador, conferenciante, showman…

Por todo lo que ha logrado y lo que significa su ejemplar trayectoria, el Gobierno del Principado ha querido concederle este año la Medalla de Asturias. Porque nadie mejor que él, señaló en su día el presidente Adrián Barbón, para representar a "la mejor Asturias", la solidaria y emprendedora con la que dar ejemplo.

Es duda que pueda estar el próximo viernes 8 de septiembre, día de la comunidad, en la ceremonia en Oviedo para recoger la distinción. "Pero con José Andrés nunca se sabe", coinciden en señalar sus amigos y colegas en la región, con los que pese a su complicada y cargada agenda no pierde un contacto que alimenta con visitas fugaces, inesperadas e intensas tanto en lo profesional como en lo personal. "Es amigo de sus amigos", resume alguien que le conoce bien, José Manuel Viejo, dueño del restaurante La Huertona (Ribadesella).

Su reciente paso por el Principado días atrás es ejemplo de esas visitas relámpago y fue exprimida al máximo por el chef, que ahora es muy probable que ande por Ucrania debido a la labor en el país de "World Central Kitchen", la organización no gubernamental sin ánimo de lucro que él mismo fundó e impulsó en 2010 para dar de comer a la gente desfavorecida por todo el mundo. Empezó con la ayuda a aquellos cuyo territorio hubiese sido azotado por desastres naturales, como fue el caso del devastador terremoto de Haití, pero ha evolucionado para atender a todos los que necesitan un plato de comida al ser víctimas de alguna tragedia sobrevenida, caso de los ucranianos con la guerra declarada por Rusia. WCK suma premios, entre ellos, el "Princesa de Asturias" de la Concordia en 2021.

Por la capital ucraniana ha pasado ya unas cuantas veces el cocinero para ver y apoyar al presidente Volodimir Zelensky y, de paso, atizar al ruso Vladimir Putin. Porque esa es otra: no hay "villano" al que el asturiano no haya cantado las cuarenta, dicho las verdades y todo sin perder la educación, la compostura y, lo que es más importante, el favor mayoritario de la gente. Donald Trump y, el más reciente, Elon Musk son dos de los "gigantes" que saben bien qué es tener de frente a José Andrés, toda una celebridad no solo en EE UU, sino en gran parte del planeta.

"Es un personaje arrollador, único, irrepetible", sostiene Nacho Manzano. "Es un ejemplo para todos y no me refiero a los cocineros. Me refiero a los seres humanos en general", remata Marcos Morán. Ambos chefs estuvieron con José Andrés en su última visita y son dos colegas cercanos, fijos en su agenda cuando se deja caer por el Principado. Tanto Marcos Morán como su padre Pedro le conocen bien y con él han colaborado en muchas ocasiones. "José Andrés es alguien grande que te hace sentir cerca", reseña el primero, quien destaca que el mierense es "claro ejemplo de persona agradecida con la vida que le ha tocado vivir y que se ha forjado a si mismo, y también ejemplo de la no tan típica persona que siempre intenta devolverle al mundo lo bueno que le ha dado". Personalmente, para Marcos Morán es "como un hermano mayor, un consejero, un loco compañero y, sobre todo, un glotón empedernido".

Efectivamente. Son miles las imágenes del cocinero de Mieres entre fogones, a la mesa, probando, saboreando, disfrutando de la comida. Y entre sus preferencias no faltan las recetas asturianas, de cuya gastronomía es uno de los mejores embajadores a nivel mundial. "Es marca de Asturias, nos hace mucho bien. A mí me sorprende el amplio conocimiento que tiene de la tierra pese a que pase aquí apenas unos días al año. Y también su gran arraigo, aunque se fue siendo un crío", señala Nacho Manzano, quien ha participado junto a éste en el documental sobre gastronomía española emitido en Discovery y en el que la cocina asturiana tiene un espacio destacado.

Manzano resalta la gran dimensión del personaje. "Quizás estamos acostumbrados ya a él, a que hace esto, lo otro... Pero es que es increíble lo que ha hecho, dónde ha llegado con su visión empresarial y humana fuera de lo común. En EE UU es muy respetado, toda una autoridad. Y luego está lo de la fundación, esa labor impresionante. Es que no para".

Lo cierto es que José Andrés nunca paró desde que entró en la Escuela de Hostelería de Barcelona para luego irse de prácticas al famoso y ya legendario El Bulli de Ferran Adrià. Con 21 años saltó a EE UU y lo que allí hizo es de sobra conocido a través de los muchos y prestigiosos restaurantes que ha dirigido. Mérito suyo, dicen, es haber difundido las tapas y el producto español –por supuesto, también el asturiano– en un país que hace diez años le otorgó la nacionalidad. Todo sin perder conexión con el Principado, donde también tiene negocios, como la quesería Rey Silo, de la que es socio e inspirador de algunos de sus productos, como el azul Mamá Marisa, que lleva el nombre de la madre del chef.

Resumir en pocas líneas sus diversos proyectos de restauración, de voluntariado o televisivos es tarea imposible, como también lo es colarse en su agenda repleta y muy cambiante.

Es profeta en su tierra tras el premio "Princesa" y ahora más con la Medalla de Asturias. Un palmarés que suma a otros galardones alrededor del mundo y que, más pronto que tarde, muchos ven que se completará con el prestigioso Premio Nobel. Cuestión de proponérselo.

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