El mundo de la alimentación saludable está en continua evolución y, en ciertas ocasiones, determinados alimentos se ponen de moda por sus propiedades beneficiosas para el organismo.

El último caso es el del ghee, un sustituto de la mantequilla procedente de la comida india que se ha colado de lleno en dietas como la paleo o la cetogénica, populares entre muchos deportistas, gracias a que el cuerpo humano la tolera mucho mejor que la mantequilla tradicional u otras grasas similares.

Concretamente, el ghee es mantequilla clarificada a temperatura ambiente, una grasa láctea anhidra procesada de la mantequilla que se obtiene al separar los sólidos lácteos y el agua de la grasa butírica. Se trata de una grasa altamente saturada y muy estable, por lo que soporta altas temperaturas en la cocina sin oxidarse como les ocurre a otros aceites o grasas.

Ghee. Shutterstock

Es posible preparar ghee de manera sencilla en casa. Primero debe conseguirse mantequilla ecológica y calentarse en un cazo a fuego lento, lo que propiciará que se separen sus diferentes componentes: el agua se evapora, los sólidos lácteos se hunden hacia el fondo y aparecen restos espumosos flotando en la superficie, que junto con la grasa líquida, conforman el ghee.

Entre sus propiedades nutricionales más destacadas, cabe resaltar que se trata de un alimento rico en ácidos grasos omega 3, ácido linoleico conjugado y ácido butírico. Además, posee vitaminas A, E, K2 y B12, minerales como calcio, fósforo, zinc, selenio, cobre y cromo, y prácticamente no tiene lactosa ni caseína, lo que hace que sea mejor tolerado que otros lácteos.

Además, tiene como beneficios el hecho de que ayuda a la digestión, mejora la gastritis, el reflujo y la úlcera estomacal, tiene un efecto ligeramente laxante, ayuda a la función hepática, protege la salud cardiovascular, equilibra el colesterol y los triglicéridos, previene tumores en el sistema digestivo, regula la glucosa, previene la diabetes, controla el peso e incluso hidrata la piel.

En cuanto a las formas de consumirlo, puede hacerse simplemente como mantequilla para untar, o combinada con especias como el cardamomo o el azafrán, o incluso con aceite de coco. Además, puede emplearse como grasa para cocinar.