Tamara Falcó se ha convertido en una de las protagonistas de la actualidad televisiva después de ganar Masterchef Celebrity 4. La socialité e hija de Isabel Preysler se alzó con la victoria tras realizar un menú inspirado en su familia bajo la atenta mirada de su madre y Mario Vargas Llosa.

--¿Cómo has llevado el hecho de guardar el secreto tanto tiempo?

--Bien, porque me hacía mucha ilusión el trabajo que todos habíamos realizado. La verdad es que es como contarle el final de la peli a alguien, entonces lo he vivido con muchísima ilusión.

--¿Pero te lo han preguntado mucho este tiempo?

--¡Sin parar! En la farmacia, de repente… Yo he intentado mantenerlo en secreto al máximo por eso, por la ilusión, porque creo que era bonito.

--¿Llegaste a pensar que ibas a ser la ganadora?

--Jamás lo pensé. Yo creo que en eso estábamos casi todos de acuerdo (risas). Es un reto, entonces me lo tomé muy en serio, y Miguel Ángel Muñoz fue un ejemplo, porque él también entró sin freír un huevo. ¡Sí se puede!

--¿No estuviste preparándote con cocineros profesionales?

--No, te cuento. Yo firmé el contrato justamente dos semanas antes de entrar. Es verdad que hasta entonces no sabía si iba a entrar, porque fue un casting bastante duro. Y cuando sí lo supe, Paco Roncero me acogió, pero no fue suficiente para aprender porque al final necesitas tener una base de cocina para después aprender las técnicas. Pero, por ejemplo, lo de pelar el espárrago, que me lo habían enseñado, se me olvidó. Al final tienes que practicar muchísimo.

--¿Cómo te planteaste el reto?

--Cuando me metí dije que iba a aprender. Es un honor tener a tres grandes chefs, más todos los que vienen, toda la gente que trabaja… Es un lujo que Jordi Cruz, que tiene cinco estrellas Michelín, te diga lo que está mal de tu plato. O Pepe, que me acuerdo que cuando pasaba por Toledo (mi padre tiene la casa ahí) me dijo: vamos a visitar a este chef que está despuntando en Toledo, y era Pepe. O sea que tener a Pepe, a Samantha, a la que admiro mucho como mujer, es un lujo. Lo que sí me concentraba en cada prueba era en hacerlo lo mejor posible.

--Háblanos de tu idilio con Jordi, cómo ha ido surgiendo…

--Yo creo que de la final me quedo con eso, con el momento ese de jauja. Yo a Jordi le admiro muchísimo, se metían con él, mis compañeros le hacían bromas y tal… Y bueno, me vine arriba.