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Fin de una era: 'The Crown' (Netflix) dice su adiós definitivo con un final mayestático

Llegan a Netflix los seis últimos episodios de la saga de Peter Morgan sobre la familia real británica, serie dedicada en esencia a resolver el enigma Isabel II

The Crown, tráiler oficial última temporada

The Crown, tráiler oficial última temporada NETFLIX

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The Crown, tráiler oficial última temporada Juan Manuel Freire

'The Crown' (temporada 6, parte 2)

Creador: Peter Morgan

Dirección: May el-Toukhy, Erik Richter Strand, Alex Gabassi, Stephen Daldry 

Reparto: Imelda Staunton, Jonathan Pryce, Dominic West, Ed McVey 

País: Reino Unido / Estados Unidos

Duración: 50 min. aprox. (6 episodios)

Año: 2023

Género: Drama

Estreno: 14 de diciembre de 2023 (Netflix)

★★★★

El final de 'The Crown' no incluye el fin del reinado de Isabel II: acaba mucho antes, en 2005, año de la boda del por entonces (y durante casi otras dos décadas) príncipe Carlos y Camilla Parker Bowles. A lo que asistimos viendo estos seis episodios es a otro posible final, el de las series concebidas para durar y para brillar a todo lujo, sin restricciones presupuestarias ni paisajes digitales donde debería estar algo más táctil. Hay que saborear estas últimas horas y sacarles todo el jugo posible.

Si la primera parte de esta sexta temporada se centró, sobre todo, en el desarrollo y triste final del romance entre Diana y Dodi, la segunda tiene una mayor variedad de protagonistas, empezando por el Guillermo del desconocido Ed McVey, atosigado por la misma clase de atención sufrida por su madre en el episodio 'Pasión por Guillermo'. En lugar de bajar el ritmo y procesar la pérdida, regresa a Eton tan pronto como puede. Quiere que todo sea normal otra vez. Pero nada volverá a serlo nunca: jóvenes admiradoras de alrededor del mundo empatizan con su tristeza y quieren curársela a toda costa. A su lado, Enrique (Luther Ford, toda una revelación como oveja negra del clan) le mira con envidia y lanza una afirmación atrevida: "En la historia de la humanidad, nadie ha gritado por un pelirrojo". ¿Es que no se acuerda de Rick Astley? 

El verdadero drama de Guillermo, sea como sea, no es la acumulación de cartas de fan, sino su distanciamiento de su padre Carlos (Dominic West), al que señala como culpable en primera instancia de la muerte de Diana. El conflicto esencial de la serie es propio y casi exclusivo de gente privilegiada: qué difícil es ser una figura pública y, a la vez, uno mismo. Pero otras de sus preocupaciones son universales, como las lagunas paternofiliales o las expectativas que nuestros mayores depositan en nosotros, a veces con efectos destructivos.

Cuando Guillermo encontró a Kate 

Como durante el resto de la serie, Morgan se permite en estos capítulos jugar con diferentes tonos y modalidades. Llama la atención el arranque sanamente surrealista, casi propio de un Sorrentino, del episodio 'Ruritania', en el que Isabel II (Imelda Staunton) sueña con la coronación de un nuevo rey, no Carlos, sino Tony (Blair; encarnado por Bertie Carvel), al ritmo de un himno nacional que ahora es 'Things can only get better', el hit eurodance de D:Ream. Obsesionada con la popularidad y capacidad de influencia del primer ministro (que convence a Estados Unidos para que la OTAN envíe tropas a Kosovo), Isabel le pide consejos para dar una capa de modernidad a la monarquía. Otra cosa es que los siga.

Por otro lado, 'Alma mater', el episodio del primer cortejo entre Guillermo y Kate (una también desconocida Meg Bellamy), es un drama universitario en toda regla, con los triángulos amorosos de rigor. Antes de conquistar a la futura princesa de Gales, Guillermo conoce a la bohemia Lola Airdale-Cavendish-Kincaid (Honor Swinton Byrne, hija de Tilda Swinton y estrella del díptico 'The Souvenir'), aparente trasunto de su verdadero lío Carly Massy-Birch. Antes de decidirse por Guillermo, Kate está un tiempo con Rupert Finch (Oli Green), tipo apuesto y educado, pero según la serie no lo bastante regio para una madre, Carole Middleton (Eve Best), con otros planes para su hija. 

En la visión de Morgan y su equipo de guionistas, casi cada historia de amor está surcada por una sombra de interés, una formalidad, una responsabilidad. Diana se juntaba con Carlos en parte porque a su padre le habría parecido bien; Mohamed Al-Fayed (Salim Dau) creaba las circunstancias ideales para el nacimiento de una atracción entre su hijo Dodi y Lady Di. En esta recta de episodios (en 'La calle de la esperanza', para ser precisos), Al-Fayed estropea el romance entre Guillermo y Kate inspirando a la policía metropolitana de Londres a abrir la Operación Paget, con la que se buscó (sin éxito) algo de verdad detrás de las teorías conspirativas que rodeaban al accidente del Puente del Alma

Lidiando con la mortalidad 

También la princesa Margarita (Lesley Manville) tiene su propio episodio: 'Ritz', en el que se recuerdan los derrames cerebrales que la obligaron a cambiar su alegre estilo de vida. Durante esos días de desánimo, se apoya en sus recuerdos, sobre todo los de una noche secreta junto a su hermana en el Día de la Victoria de Europa de 1945. Releyendo una aventura ya tratada en la película 'Noche real' (de Julian Jarrold, habitual de 'The Crown'), Morgan nos muestra a unas adolescentes Isabel (Viola Prettejohn) y Margarita (Beau Gadsdon) escapándose del palacio de Buckingham para irse de fiesta al Ritz, donde Isabel se anima a practicar el jitterbug con los soldados estadounidenses. 

La presencia cohesiva de todas las historias es, no podía ser de otra forma, una Isabel II que se resiste a dejar de ejercer influencia directa sobre congéneres y súbditos. Fallecidas su hermana y su madre, llegado ya su Jubileo de Oro, empieza a preocuparse seriamente por su propia muerte y su legado. Stephen Daldry ('Las horas') vuelve a las labores de director de 'The Crown' para un episodio final bastante atrevido y apropiadamente mayestático, intento final de entender el enigma Isabel II: ¿por qué fue enterrando su vitalidad e inquietud para dedicarse a defender sin descanso un sistema antinatural? O como ella misma se dice: "¿Y la vida que dejé a un lado? La mujer que dejé a un lado cuando me convertí en reina". El enigma continúa.  

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