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'Griselda', estreno de la semana en Netflix: una poderosa Sofía Vergara como jefa de la corrupción en Miami

La compleja interpretación de la estrella de 'Modern family' sostiene con intensidad este drama criminal de uno de los creadores de 'Narcos'

Sofía Vergara en una imagen de 'Griselda'. Netflix

'Griselda'

Creadores: Doug Miro, Eric Newman, Carlo Bernard y Ingrid Escajeda

Dirección: Andrés Baiz

Reparto: Sofía Vergara, Alberto Ammann, Alberto Guerra, Martin Rodriguez 

País: Estados Unidos

Duración: 55 min. aprox. (6 episodios)

Año: 2024

Género: Drama criminal  

Estreno: 25 de enero de 2024 (Netflix)

★★★

La historia de Griselda Blanco, aquella mujer colombiana de extracción humilde que acabó siendo líder del a priori masculino negocio del narcotráfico en un país que no era el suyo, o más en concreto, el Miami de los setenta y ochenta, no deja de ser objeto de fascinación. Su figura ha atrapado tanto a la baja como la alta cultura: en 2014, el mismo año en que arrancó la telenovela 'La viuda negra' (uno de sus sobrenombres), apareció como personaje en 'Breve historia de siete asesinatos', novela que valió el premio Booker a Marlon James.

Tres años después, la británica Catherine Zeta-Jones se metió en su pellejo para el telefilme 'Griselda: La reina de la cocaína'. Y ahora llega 'Griselda', a secas, de actriz protagonista (y productora) más creíble: la colombiana Sofía Vergara, que llevaba empeñada desde hace una década en hacer realidad un proyecto que le iba a permitir no solo actuar en su lengua materna, sino también exhibir todo su potencial dramático tras dejar huella en la telecomedia como la Gloria de 'Modern family'. 

Al principio de la serie vemos a Griselda trasladarse de Medellín a Miami con sus tres hijos después de un altercado con Alberto Bravo (Alberto Ammann), su abusivo segundo marido y su aparente mentor en el negocio de la cocaína. Carmen (Vanessa Ferlito), vieja amiga, tiene para ella una casa y un trabajo en una agencia de viajes que, a la postre, será elemento clave de un plan ingenioso para hacerse con el mercado de la cocaína en su ciudad de adopción. Griselda trae a antiguas compañeras de burdel (una de ellas, encarnada por la cantante Karol G) con cargamento en sus brassières. Después, las emplea como mujeres anuncio para atraer al producto a ricachones blancos ávidos de estímulos extremos. Es decir, pone la objetificación al servicio de un plan de enriquecimiento no exento de venganza racial y de clase

La narración alterna entre presente y pasado para mostrar de dónde sacó, en principio, Blanco la energía y la rabia para moverse con prestancia en un submundo de hombres y doblegar a los mafiosos más peligrosos. Griselda no es una heroína, pero hay un innegable placer en verle, como dicen en la serie, "emputando a los duros", esos tipos que le exigen que se limite a ser un ama de casa. En paralelo vemos a la inspectora Hawkins (Juliana Aidén Martinez), obsesionada con el caso de Griselda, sufrir la misoginia de unos colegas que preferirían que se limitara a mantener caliente el café. La mujer policía sufre en su vida como la mujer narco, en un juego de reflejos cercano al del mítico filme 'Heat' de Michael Mann. 

Pero aquí no podemos hablar en realidad de protagonismo compartido: Sofía Vergara ha pensado esta serie para su lucimiento y la ruptura total de expectativas. En la serie aparece transformada a todos los niveles, empezando por una capa protésica que la dota de otra nariz y otro mentón. La prótesis nasal puede llegar a distraer un poco, como sucedía en 'Las horas' con la Virginia Woolf de Nicole Kidman o en la reciente 'Maestro' con el Leonard Bernstein de Bradley Cooper. Pero no es impedimento real para apreciar el complejo trabajo de una Vergara que ha de mostrarse a la vez expeditiva y vulnerable, intimidante y amorosa. Griselda aparece como madre de sus tres hijos, pero también de todos los que trabajaban para ella. La llamaban La Madrina. 

Vergara está acompañada en su aventura por expertos en drogas: la miniserie ha sido cocreada por Doug Miro (uno de los creadores de 'Narcos'), que la escribe con Ingrid Escajeda ('Silo'), y todos sus capítulos están dirigidos por el colombiano Andrés Baiz, encargado ya de múltiples episodios de 'Narcos' y 'Narcos: México'. Abandonando el aire documental o el enfoque más claramente político, Baiz se centra en el estudio intenso y cercano de la antiheroína. Ha hablado de 'Gloria', de John Cassavetes, como influencia, pero el estilo puede recordar más a Scorsese, sobre todo en ese plano secuencia que nos muestra la buena organización en casa de Blanco o ciertas imágenes de desfase como salidas de 'El lobo de Wall Street'. También como en las películas de Scorsese, a pesar del glamur inicial, quien comete un crimen acaba pagando: excesos y lapsus morales tienen consecuencias. Cuesta quitarse la sangre de las manos.

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