Hemos ganado las elecciones. La que he tenido el honor de encabezar ha sido la lista más votada. A pesar de los pesares, contratiempos, riesgos, premuras y dificultades, este extraordinario equipo de personas ha logrado convencer mayoritariamente a la ciudadanía de Benic ssim. Sí, preferimos hablar de convencer antes que de vencer. Convencer entraña confianza y credibilidad. El vencer presupone la existencia de vencidos y de eso no queremos ni oír hablar. Todo el mundo merece un respeto. Mi primer y principal sentimiento ha sido y es de gratitud hacia la ciudadanía de Benic ssim. Emocionada gratitud por el caudal de votos que nos han otorgado. En política, como en la vida misma, la gratitud se devuelve en forma de lealtad y compromiso. Así queremos interpretar lo vivido recientemente. Es verdad que hemos cosechado los mejores resultados de la historia pero eso nos deja donde debemos y queremos estar: al servicio de la gente desde la humildad y la responsabilidad de hacer bien las cosas. Nuestro único patrimonio ha sido la honradez, un sentido insobornable de la dignidad política y, por supuesto, la seguridad de albergar un buen proyecto de futuro para las personas que viven en Benic ssim. Para conquistarlo nos lanzamos al ruedo electoral. Hemos hecho una campaña limpia y respetuosa. Sigo pensando que nuestros adversarios han sido y son personas muy interesantes por los que siento respeto y admiración. Lo digo desde la discrepancia y consciente de nuestras diferencias.

Excuso decirles que, a partir de ahora, comienza una nueva liturgia de negociaciones encaminadas a la designación de alcalde y conformación de coalición de gobierno. Quisiera señalar algunas premisas. No sólo hemos ganado las elecciones sino que tenemos vocación de gobierno. No parece aventurado afirmar que la gente ha votado a favor de un cambio y ha visto en nosotros una oportunidad y una esperanza. Tenemos vocación de diálogo y queremos ejercerla. Si en general la política precisa en todas partes de fuertes dosis de diálogo y tolerancia, en Benic ssim mucho más. Digamos que podemos llegar a la sobredosis sin temor a enfermar. La cultura del pacto forma parte de nuestra tradición y debemos cultivarla para que el pueblo de Benic ssim salga ganando.

Debemos dar un ejemplo de convivencia democrática, educación y civismo. Debemos hacerlo todo, faltaría más, con transparencia y honestidad. Debemos autoexigirnos niveles muy severos de franqueza y honradez. Quiero que sepan que así afrontaremos nosotros los próximos días en Benic ssim. Pero, pase lo que pase, sepan también que nos encontrarán siempre a su disposición. Nos hayan votado o no. Acabo esta reflexión convencido de que muchos de ustedes nos han escogido buscando honradez y capacidad de gestión. Tenemos las dos cosas. Estamos dispuestos a entregar lo mejor de nosotros para no defraudarles.

Nuevamente, gracias, de todo corazón.