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Démosle un margen de confianza

Doña Letizia representa, muy posiblemente, lo mejor de la mujer de nuestro tiempo. Excelente profesional, trabajadora, disciplinada, valiente --díganlo si no sus crónicas desde las Torres Gemelas, desde Irak, desde las playas gallegas contaminadas por el Prestige...-- Todas esas cualidades le serán de extraordinaria utilidad a la hora de desempeñar bien su futuro papel de Princesa de Asturias, primero, y de Reina de España, después. Un papel para el que tendrá la gran ayuda de esa otra "gran profesional" --como la calificó D. Juan Carlos-- que es nuestra Reina y el amor, prudencia y bien hacer del Príncipe.

Ciertamente que es divorciada, pero ¿quiénes somos nosotros para entrar a juzgar las conductas ajenas? Todos podemos cometer errores. Y aprender de ellos demuestra inteligencia --otra gran cualidad para una futura Reina--.

Démosle, pues, un margen de confianza y saludemos su próxima boda no sólo con alegría sino también con profunda gratitud por la continuidad y estabilidad que el amor de ella y de D. Felipe supone para una Institución --la Monarquía-- que tanto ha significado, significa y significará para la paz y convivencia de los españoles.

Dña Letizia y D. Felipe, ¡la más cordial --y esperanzada-- enhorabuena!

Luis Riesgo.

DNI: 367786.

¡Menuda televisión!

Me llamo Andrés y estudio 2° de ESO en el Instituto J.B. Porcar de Castellón. El martes pasado estaba enfermo, por lo que tuve que quedarme en casa todo el día. Tenía algo de fiebre pero no me apetecía estar en la cama, así que me acomodé en el sofá, frente al televisor, dispuesto a ver algún programa interesante.

Por primera vez en mucho tiempo pude observar personalmente una jornada completa de la programación televisiva y apreciar por mí mismo el fenómeno de la telebasura así como el modo en que nos inunda la publicidad. La encendí por la mañana, pero pronto me di cuenta de que poco importaba el momento del día, de la tarde e incluso de la noche de que se tratara, ni tampoco el canal que sintonizara. Fui pasando de uno a otro y solamente escuchaba conversaciones en las que se criticaba la vida de los famosos o ´famosillos´, los cuales, a su vez, se habían dado a conocer haciendo lo mismo que éstos; o bien telenovelas absurdas, cursis y de mala calidad; o programas hechos de trocitos de estos mismos programas.

Para acabar con mi desesperación, todas las televisiones (incluidas las públicas y las autonómicas) emitían tal cantidad de anuncios que se me hizo insoportable seguir viéndola. Acabé apagando el televisor y preguntándome si realmente era posible que aquello le gustase a alguien.

Al final, tuve suerte y encontré la solución: recordé que guardaba una cinta grabada con un partido de fútbol que aún no había visto. Al menos dispondría de 2 horas de distracción.

Andrés Giustini Colás.

Sobre la mal llamada violencia de género

Con frecuencia los medios de comunicación social nos recuerdan el número de mujeres maltratadas o que han perdido la vida a manos de sus maridos o parejas, cosa que, vaya por delante, soy el primero en lamentar. Todavía estoy por conocer el número de hombres que sufren maltratos o que pierden la vida a manos de sus esposas o compañeras. ¿Acaso no es también víctima el marido que tras acabar con la vida de su compañera se suicida? No, sólo pasará a engrosar la lista de verdugos pero no la de víctimas. ¿Saben cuantos suicidios de hombres y casos de graves accidentes de circulación son consecuencia del maltrato psicológico, peor que el físico según reconocen las propias mujeres maltratadas, al que son sometidos por sus esposas o parejas? Les animo a que realicen estudios sobre el tema y de paso sobre el origen de muchos de los casos de alcoholismo, toxicomanía, ludopatía etc.

En la violencia doméstica, término a mi juicio justo que de género (mujer víctima y hombre verdugo) cada parte "utiliza sus armas": la mujer el maltrato psicológico. El hombre la violencia física. Lo que no se entiende es la justificación que se realiza de la mujer, cuando las víctimas dela violencia física con resultado de muerte es el hombre, con el pretexto del supuesto maltrato psicológico sufrido, argumento en el que no se repara en los casos de la "mal llamada" violencia de género.

Las estadísticas hablan de que un alto porcentaje, por encima del 60% de los casos, de las mujeres muertas a manos de sus maridos se encontraban en trámites de separación, situación que agudiza el enfrentamiento y falta de respeto que pone fin a la convivencia; trámite que culmina, por regla general, con el marido obligado a abandonar el domicilio conyugal, del que continuará abonando su correspondiente parte en la hipoteca, pasará religiosamente la pensión alimenticia de hijos y esposa, a la que se entrega la custodia de los hijos con un régimen de visitas que frecuentemente la madre incumple argumentando la negativa de los hijos con un régimen de visitas que frecuentemente la madre incumple argumentando la negativa de los hijos a ir con su padre; negativa que, de existir, en muchos casos está motivada por la "educación contra el padre" que reciben de la madre. El referido panorama permite a la mujer rehacer su vida, condenando al hombre a una estrechez económica que no le permite establecer una nueva relación, perdiendo así mismo la posibilidad de compartir la educación de los hijos.

Para evitar la expresada desigualdad entre cónyuges a la hora de poner fin al matrimonio, origen de muchos de los casos de violencia doméstica, propongo cambiar el régimen económico matrimonial pasando al de separación de bienes por defecto en lugar del de gananciales (a semejanza de lo establecido en Cataluña), y establecer como norma general la custodia compartida de los hijos menores de edad. De esta forma se substancia de forma más rápidamente la cuestión económica con el reparto equitativo de los bienes obtenidos durante el matrimonio y se permite al hombre compartir la norma establecida al disolverse el matrimonio muchos hombres maltratados psicológicamente abordaran la disolución de sus matrimonios sin que ello suponga la condena a penuria económica y renuncia a los hijos, génesis de los trastornos mentales que llevan a los actos de violencia contra la pareja y contra sí mismos.

Eusebio García Alonso.

DNI: 07827973.

Los inmigrantes,

¿son todos iguales?

Me llamo Rebeca Falcó y estudio 2° ESO en el IES Juan Bautista Porcar de Castellón. El otro día cuando pasaba por la calle vi como unos chicos insultaban a otro de distinta raza. Esta situación, que es muy común, se repite constantemente y a todas horas.

Hoy en día uno de los problemas de la sociedad son los inmigrantes. Creo que nosotros los tratamos y nos relacionamos con ellos de una manera inadecuada y poco madura. Desde mi punto de vista creo que hay gente que opina que todos los inmigrantes son iguales pero no podemos incluirlos a todos en un mismo saco ya que todos ellos no son iguales. No podemos juzgar a los componentes de una misma raza de la misma manera. Está claro que hay muchísimas personas inmigrantes que se han adaptado perfectamente a nuestra lengua, costumbres, tradiciones... Por otro lado si remontamos siglos, nosotros somos españoles con una variada mezcla de muchísimas razas y religiones que invadieron, conquistaron y habitaron en España.

En algunos casos los inmigrantes aceptan trabajos que nosotros despreciamos o no aceptamos porque los consideramos poco o nada dignos y económicamente están mal remunerados. Hay que señalar que a causa de la gran ola de inmigrantes que provienen de casi todos los rincones del planeta, ha aumentado la tasa de natalidad española notablemente y se ha rejuvenecido la población.

En conclusión, pienso que la gran ola de inmigrantes no son ningún peligro para todos nosotros. Y si miramos la parte positiva podemos aprender muchas cosas de ellos.

Rebeca Falcó Martínez.

El muro de la vergüenza

Al cumplirse el aniversario de su instauración en el Berlín bloqueado, mos viene a la memoria otros muchos muros que existen en la vida en ese ser que llamamos inhumanismo. Hasta en el seno de alguna familia que pretende dominarle al semejante, bien aprovechándose de su modestia, tolerancia o cariño que siente hacia sus semejantes. Si, en todos los sitios existe algún verdugo que, por su orgullo, prepotencia, altanería, pendenciero, etc, practica el imperio del terror. Pues en todos los sitios cuecen habas y en mi localidad a calderadas.

Tenemos el nuevo caso del muro de Palestina en el ámbito internacional. Pero los invisibles muros que se plantan en la sociedad opulenta contrastan al lado de viejos que no pueden terminar el mes y se dice de pensiones mínimas, pero les otorgan viajes en autobús gratuito y a otros que no tienen ningún derecho los planes burocráticos de los tiburones tras préstamos o deudas sólo dejan al consumidor 300 euros para pasar el mes, no les ofrecen la sociedad ningún alivio a su existencia.

Pero la brutalidad y las malas maneras hacen presencia en nuestra sociedad. No se respeta a los viejos; se ejerce contra ellos el terrorismo, la amenaza, el insulto, el abandono. La excusa, que se marche a una residencia. Hasta se remite a una población a 1.500 metros sobre el nivel del mar, que en invierno casi alcanza temperaturas polares, a quien padece de bronquitis crónica para que pronto reciba el óbito.

Otros muros son a nuestros paisanos trasladados a otra provincia diferente de la natal, que se le llama emigrante. Y si me apuran mucho están en la diáspora y peor que en un campo de concentración, sin recursos para maniobrar en la vida ni para realizar un viaje a ver a sus familiares.

Manuel Solsona Vielsa.

DNI: 19625489-A.