Participar en unos Juegos Olímpicos es un privilegio al alcance de muy pocos afortunados. Cuatro serán los deportistas que representarán a España en la cita del próximo verano en Atenas: Salvador Meliá, Marta Linares, Aliuska López y Pablo Herrera. En la mente de todos ellos habita el objetivo de realizar un buen papel, porque quizá sea la última vez que gocen de un billete olímpico y el sufrimiento que acumulan a sus espaldas bien vale un esfuerzo adicional.

Para ninguno de ellos ha sido fácil obtener la calificación necesaria, ni desde la vertiente deportiva, ni desde la económica. Sufragar cuatro años de preparación de un atleta de máximo nivel, sobre todo cuando no practica una disciplina mediática, supone un ejercicio de equilibrio financiero, porque las ayudas que reciben apenas si les permiten dedicarse por entero a su profesión..

Marta y Salvador pueden considerarse privilegiados, pues se encuentran inmersos en el Plan ADO y por ello cuentan con becas oficiales, cuyo calificativa no pasaría de mínimas. La situación de Pablo y Aliuska es aún peor. No les dotamos de medios, pero después les pedimos triunfos.