Castellón es protagonista político de este fin de semana. El viernes, el Consell se reunía para, entre otras medidas, pedir para Castellón la sede del mercado de emisiones de Kioto. También durante estos días el principal partido de la oposición, el PSPV-PSOE, celebra su congreso de País para dilucidar cuáles son sus primeras espadas de cara a preparar las elecciones autonómicas y municipales de 2007.

En este congreso socialista deben quedar resueltas muchas de las incógnitas que todo ciudadano de la provincia de Castellón debe conocer. La victoria socialista en las elecciones generales de marzo ha generado un doble discurso en las filas del PSPV-PSOE con un portavoz, llamado J. M. Calles, que parece ir por libre sin tener en cuenta los criterios de los que mandan de verdad en el partido.

Para los sevillistas, el propio Calles es uno de ellos, este congreso ha llegado realmente en mal momento. El hoy reelegido secretario general del PSPV-PSOE, Joan I. Pla, repite mandato, sencillamente, porque las secuelas electorales del 11-M le dieron el triunfo a su partido en Moncloa. Es decir, el de hoy es un triunfo del momento, no el del pleno convencimiento de las bases, las cuales serenamente y fruto de la reflexión -el PP sigue ganando con holgura todas las elecciones en la Comunidad Valenciana- hubieran optado por otro secretario que no sabemos si llegará a ser candidato a las autonómicas de 2007.

Oiremos aplausos, voces de unión, pero todos los que conocen el socialismo valenciano por dentro delatan que es el congreso de la tranquilidad pero no el del resultado esperado.