os ayuntamientos están pelados. No tienen un euro y, sin embargo, son la puerta a donde todos vamos a llamar para pedir algo. Una carretera, un colegio, un centro de salud y contendores de basura. Pero nadie les pasa más dinero. El gobierno de Madrid cede competencias, pero ni un euro. La Generalitat idem de lo mismo. La administración cercana es cada vez más cara y cada vez hay menos dinero.

Por eso los ayuntamientos de Castellón cierran este año unos presupuestos con unas características comunes: muy poco dinero para inversiones. Todo el presupuesto se va en gastos corrientes, sobre todo personal, y queda poco para lavar la cara al municipio o mejorar la calidad de vida de sus vecinos. El mejor ejemplo, Vila-real.

Aunque también los propios ayuntamientos tienen una llave que utilizan poco: la imaginación para generar recursos. El mejor ejemplo: Moncofa. En un momento de amplio desarrollo urbanístico hay que generar plus valías y compensaciones. Si usted quiere hacer algo en mi pueblo, construya un hospital.

Hay muchas fórmulas, pero sobre todo no hay que tener miedo a estas ideas. Funcionan en muchos lugares, con ayuntamientos de todos los colores. Lo que hay que tener claro es la legalidad y disponer de esos recursos para mejorar los servicios a los ciudadanos. las infraestructuras básicas que las pague quien tiene las competencias.