Con toda sinceridad, la decisión del Constitucional de prohibir la participación de Aukera Guztiak en las elecciones vascas la veo como un paso más en el camino que puede llevar a un definitivo enrarecimiento del Estado de derecho. Ya me pareció peligrosa la ley que prohibía la participación de Batasuna en la vida política. Los argumentos no me convencían. Que yo sepa, la acción política no puede confundirse con la acción terrorista. Si es que tenemos que defender la actuación política y atacar la acción terrorista.

Pero la cosa empeora. La nueva plataforma electoral Aukera Guztiak quiere ser esto, una plataforma electoral, y como tal cumple todos los requisitos de la ley, aunque la ley sea tan discutible. Sus responsables no están tan chalados como para no querer adaptarse. La única forma de cerrarles el paso, pues, es la famosa capacidad de cualquier tribunal de "interpretar" cualquier ley. Una capacidad necesaria, pero que a lo largo de la historia ha llevado a algunas graves arbitrariedades.

Dado que Aukera Guztiak no se declara partidaria del terrorismo, se ha analizado a cada uno de sus 30.000 promotores para ver quiénes eran, y se ha descubierto que uno de ellos era conocido de uno que conocía a alguien de Batasuna, lo cual, por supuesto, no es ningún delito. Pero hay más: yo creo que la Iglesia católica, una agrupación excursionista o el Gobierno de un Estado no puede ser ilegalizado en bloque porque uno de sus miembros sea un delincuente. La responsabilidad penal es individual. Y lo es por las acciones, no por las ideas. Esto es lo que entendemos por democracia.

Al parecer, un militante socialista se entrevistó con un preso algeriano que era amigo de uno de los autores de los atentados del 11 de marzo en Madrid. ¿Será ilegalizado el PSOE? Y dado que un militante popular se entrevistó con dos de los terroristas autores de esa matanza, ¿tendría que ser ilegalizado todo el Partido Popular? Por este camino podríamos acabar prohibiendo partidos y elecciones, y esto me trae malos recuerdos.