He leído las crónicas, notas necrológicas e informaciones publicadas en los medios de comunicación con motivo del fallecimiento de don José Sánchez Adell, cronista oficial de la ciudad y profesor emérito de la Universidad Jaume I.

Este historiador, profesor universitario, fallecido el pasado 7 de abril, fue ciertamente una innegable referencia en el panorama cultural castellonense. Lo era por su rigor como profesor y académico, su análisis hondo de nuestra realidad y el estilo sereno, que conectó desde las instituciones sociales y culturales que presidió con los sentimientos y el modo de pensar y hacer de nuestros conciudadanos.

Como cronistas gráficos, Wamba-Fotógrafos compartimos acontecimientos con él y pudimos comprobar el merecido respeto ganado por el profesor Sánchez Adell. El apasionado oficio de leer, escribir y enseñar del intelectual que estos últimos días recordábamos y homenajeábamos, es complementario a la otra cara de la noble y fecunda tarea de plasmar en imágenes gráficas todo lo que se narra.

Yo que desde mi niñez fui apasionado lector y colaborador de diversos periódicos --vicio infantil que heredé de mi padre-- y que, junto a él, hemos dado vida con nuestras cámaras a lo que otros narraban, quiero decir en el recuerdo y cariño a ambos que la firma Wamba-Fotógrafos también hemos sido durante varias décadas cronistas oficiales del acontecer diario de la vida de Castellón y sus instituciones.

Es necesario tener gran vocación de servicio y gustar de la historia y del trabajo bien hecho para reunir, cuidar e ir incrementando tan importante archivo gráfico del devenir castellonense. Por esta casa han pasado todos y dejaron huellas inolvidables, construyendo un mosaico irrepetible de imágenes de nuestro pueblo que aún perduran para las futuras generaciones.

Hoy sólo quería resaltar la ejemplar complementariedad entre ambos. El profesor Sánchez Adell como cronista oficial de la ciudad y Wamba-Fotógrafos como cronistas gráficos oficiosos de nuestra realidad como pueblo. Y es que, si es cierto y necesario gustar del valor de la palabra, de la fuerza de nuestra historia e idioma, de la erudicción del ilustre profesor medievalista fallecido, también lo es acreditarlo con las imágenes e instantáneas de un cronista gráfico de la ciudad.

Inquieta pensar que tan fecunda tarea de 70 años de plasmar gráficamente el acontecer diario de la vida de Castellón y sus instituciones, se trunque tan apasionante labor notarial por intrigas de recién llegados a esta profesión que quieren echarnos de casa propia.