Sentados en primera fila asistimos al triste espectáculo de los recientes y quizá futuros acontecimientos acaecidos en las vallas de Ceuta y Melilla. Mal asunto, si señor, en un tema como este que hace años se nos ha ido de las manos en el que confluyen causas de distinto pelaje, intereses varios, injusticias sociales, incomprensión de algunos, necesidad de otros, sí, mal asunto porque tiene difícil solución, entre otras cosas porque la "solución", de haberla, no depende solo de nosotros.

Un día sí y otro también leemos declaraciones altisonantes diciendo que esto esta mal, que es injusto, etc, pero no leo ni oigo ni veo propuestas de soluciones realistas, eficaces, sí, es fácil decir que hay que invertir en los países de origen, por supuesto que debería hacerse, pero cómo, cuánto, cuándo, que pasa con los caciques, dictadores, opresores que mandan en muchos de estos países?, los derrocamos a todos como en Afganistán o en Irak, les damos parte del pastel, aceptamos su cuota de peaje para que llegue la máxima cantidad de ayuda a quienes la necesitan? Difícil.

Si somos realistas y no nos dejamos llevar por ningún interés político veremos que realmente estamos en una encrucijada a la que nos han llevado la confluencia de varios factores en el caso de Ceuta y Melilla, a saber, la presión migratoria histórica de los países pobres hacia los ricos, la situación digamos especial de las dos ciudades españolas del norte de África, rodeadas por todos lados por un vecino que, digamos, va a la suya y que, como decirlo?, a nivel de derechos humanos, tolerancia, etc, -"juega en otra liga", la incomprensión de nuestros socios del norte y la poca ayuda a todos los niveles en este tema, uno se pregunta, comprenderá un ciudadano comunitario danés o belga que esa es hoy por hoy la primera frontera de Europa por el sur?, seguramente no, el efecto llamada que las distintas regularizaciones (no entro a valorar si eran o no necesarias) han creado en muchos países y no solo en los africanos. Evidentemente que en una aldea de Senegal o Mali no se lee el BOE, faltaría más, pero, créanme, no hace falta, el boca a boca forjado desde el año 2000, sobre todo, hasta hoy ha hecho su labor y el inmigrante legalizado hace varios años aquí por la vía que sea, como es del todo humano "llama" a los suyos a una vida mejor, y eso tiene un efecto multiplicador, si a eso unimos las mafias que se generan para el transporte de seres humanos, la especial sequía del último año, la negativa de los países ricos a levantar aranceles para la entrada mas o menos libre de los productos sobre todo agrícolas de países pobres, la capacidad de absorción de mano de obra generada en nuestro país en el último lustro y alguna causa más que seguro me dejo en el tintero. Todo eso combinado genera un cóctel que veremos que regusto nos deja finalmente en la boca.

Por otra parte, para ponerle un punto picante más a ese cóctel aparece con una inusitada agresividad llamando a nuestra puerta el otro fenómeno de nuestros días, la deslocalización, es decir por una parte entra mano de obra a raudales, por otra algunos sectores (textil por ejemplo) y empresas de sectores varios empiezan a cerrar y mandar la producción a países terceros en los que la mano de obra es mucho mas barata, que tienen otras "reglas de juego" en el terreno laboral, y para poner el toque final aparece el dragón de los dragones-..China, arrasando comercialmente allá donde se mete como un tifón económico emergiendo a pasos de gigante la futura superpotencia de este siglo. Todo ello junto, y me gustaría equivocarme, de no estar muy atentos y saber gestionar lo que hay, puede generar un cóctel realmente explosivo. No nos olvidemos que nuestra economía se está sustentando en unos cuantos pilares, alguno de los cuales, es de barro, entiéndase la construcción. Más que alarmismo expreso mi deseo de que nuestros gobernantes estén atentos, despiertos y analicen bien lo que hay encima de la mesa, y finalmente sepan gestionarlo con eficacia porque ninguno de los ingredientes del cóctel es fácil de parar.

En cuanto al trato mediático de estos días observo atónito cómo se hace el seguimiento casi al segundo de los quinientos o seiscientos o mil, es igual, inmigrantes, seres humanos en definitiva, que vagan por los desiertos de Marruecos, y no porque su situación no sea lamentable, sino porque tiene que pasar algo como lo de Melilla para que nos fijemos, ¿que pasa?, es que unos kilómetros más abajo no hay problemas?, es que en Sudán, Mali, Níger, etc., no pasa nada. Bendita hipocresía si solo fuera un problema de esos mil desarraigados seres humanos.

Pero de ahí a pensar que España es la panacea y que puede acabar con todos los males de África, América latina (Ecuador, Colombia, etc), Europa del Este (Rumanía, Ucrania, Rusia, etc) hay un abismo, no pretendamos ser mas papistas que el Papa, se supone que hay entidades supranacionales como la Unión Europea, la ONU, etc que sí que tienen en sus manos acabar o paliar muchos de los problemas que hay en el mundo, siempre, claro está, bajo la vigía del gendarme de occidente, sin el cual nada casi nada puede pasar. Mirad, cuando era pequeño mi padre me decía -"Con el dinero que se gastan los países en armas en un solo día acabarían probablemente con el hambre en el mundo", ya no soy pequeño y me temo que el discurso sigue valiendo.

Vicepresidente segundo del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Castellón