Las lluvias caídas durante los últimos días en las comarcas castellonenses pueden considerarse como muy positivas para el campo tanto en las zonas de regadío como en las de interior, máxime después de tanto tiempo sin ver la anhelada agua por nuestras tierras.

Aunque en algún punto aislado de nuestros pueblos la combinación con la piedra haya podido causar algún daño de forma localizada, lo bien cierto es que a pesar de esos pequeños inconvenientes las lluvias han sido una auténtica bendición para los sufridos agricultores. Mientras para los que viven en ciudades suele ser un engorro la lluvia, para los hombres de campo significa una especie de lotería, siempre que caiga como es debido.

El hecho de que estas lluvias hayan servido para embalsar unos cuatro hectómetros cúbicos de agua con destino al riego agrícola y que evite consumir los recursos para más de 20 días ya es una buena noticia de la que nos debemos felicitar. Lástima que no haya llovido de la misma manera en la provincia de Teruel para que la cabecera del río Millars hubiese crecido aún más.

Si analizamos cultivo por cultivo, solo encontraríamos una pega en el retraso que se ha originado para recolectar la almendra, ya inmersa en plena campaña, aunque es un mal menor dentro de tanto beneficio. En los cítricos es bienvenida porque aparte de limpiar los árboles sirve para aumentar el calibre y la calidad de la fruta.

Si volvemos a las zonas de interior, la campaña del olivar ha sido sin duda la más beneficiada de las últimas lluvias. Las olivas estaban secas y ahora se va a engordar la masa hídrica de los frutos, de manera que la producción podría verse aumentada de forma significativa. Los pastos y cereales son otros de los grandes beneficiados por las lluvias. No olvidemos que los pastos se habían secado y que se garantiza el alimento al ganado hasta bien entrado el invierno.

La verdad es que estas lluvias han sido muy bien recibidas y confiamos en que no sean las últimas de este otoño porque aún nos falta más volumen de agua para recargar nuestros acuíferos y embalses. Mientras ploga amb coneixement, como decimos en mi pueblo, bendita sea el agua que caiga.

Delegado provincial de la Unió