Esta semana se han cumplido cinco años de los atentados del 11 de septiembre. Terroristas se Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones para hacerlos impactar contra las torres gemelas y el pentágono, símbolos del poder económico y militar de EEUU. Resultado: casi tres mil muertos y una guerra.

Para miles de personas que vivieron la tragedia del World Trade Center, gracias al avance de la psicología clínica, sus vidas han vuelto a la normalidad. Pero hay un pequeño porcentaje de gente que mantendrá un estrés postraumático de por vida, con un miedo y un sobresalto permanente a los ruidos fuertes, a las sirenas y a diferentes estímulos ambientales. Además, tienen que vivir con lo que se llama "culpa del superviviente", que consiste en el sentimiento de culpa que padecen los que sobreviven y se preguntan"¿por qué él y no yo?", pensando en la gente que ha muerto.

Otro grupo perdedor ha sido el colectivo árabe y musulmán ya que, a raíz de los ataques, el odio, la rabia y el rencor hacía ellos ha ido in crescendo en occidente. Pero es conveniente no olvidar que, como en todo conjunto, la generalización acarrea injusticia y hay una gran número de musulmanes y de árabes que buscan trabajar y vivir en paz.

Al hilo de esto, no estaría de más que ellos mismos, los pacíficos, moderados y demócratas, alzaran la voz, de vez en cuando, en contra de los terroristas, extremistas y fanáticos. Es una evidencia que los terroristas consiguieron los tres objetivos que se habían planteado: dar un duro golpe a la hegemonía americana, advertir al mundo de que hay un contrapoder y ganar muchísimo dinero.

Hay que tener en cuenta que las primeras personas que sabían que iba a suceder el ataque fueron los propios terroristas y sus ad lateres, por lo que aprovechando la tesitura vendieron todas las acciones que habían comprado de antemano de las empresas aseguradoras, ya que sabían que en el momento en el que pagaran las indemnizaciones del ataque terrorista sus acciones caerían en picado.

Psicólogo clínico