Cuando Zapatero anunció sus planes de cesión ante los terroristas, eligió el vestíbulo del Congreso cuyas puertas solo se abren para los Reyes, y se situó delante de la escultura de la reina Isabel II, y rodeado de las imágenes de los políticos más destacados de los dos últimos siglos, entre ellos Cánovas, Sagasta, Pi y Margall, Salmerón, Castelar o Alcalá Zamora.

Tuve entonces la certidumbre de que cualquier precio sería para él será escaso a cambio de ocupar una página destacada de la historia de España.

Para su mejor encaje en nuestra común historia Rodríguez Zapatero podría leer dos libros, uno referido a Isabel la Católica y otro de Sabino Arana.

En el entretenidísimo libro Yo, Isabel la Católica, la propia reina relata en su diario, comentado por su médico, un judío español, los pormenores de su vida, su boda con el futuro rey Fernando, la conquista de Granada y las intrigas y traiciones de un estamento nobiliario con tantos defectos como nuestros dirigentes de hoy.

Como contrapunto a este recomendable libro en el que se recogen los esfuerzos de los gobernantes por unir de nuevo la vieja Hispania, he leído una antología de Sabino Arana, en la que se recoge lo principal de su obra y que retrata al personaje, de su propio puño y letra, como lo que fue, un racista, que se propuso dividir a los españoles y casi lo está consiguiendo. Quien lea cualquier texto de Sabino Arana reconocerá los escritos de un fanático xenófobo, sin embargo era una persona de enorme voluntad, capaz de inventar la ikurriña, la denominación de Euskadi, fundar el PNV y muchas otras acciones con el objeto de independizar una parte de España, que durante su vida tuvieron escasa resonancia y que ahora, con la educación en sus manos, puede llegar a ser una opción mayoritaria en el País Vasco.

Desgraciadamente para todos, José Luis Rodríguez Zapatero está más cerca de entrar en la historia de España emulando a quien nos dividió como Sabino Arana que a quien nos volvió a unir como Isabel la Católica. Su adecentamiento del terrorismo independentista, nacido de una escisión de las juventudes del PNV, su impulso al Estatuto catalán y tantas otras veleidades así lo acreditan.

Diputado nacional del PP