ETA quería atentar y eligió Castellón para preparar la masacre. Menudo susto. Rubalcaba no se equivocaba cuando decía hace unos días que presentía un atentado inminente. La colaboración ciudadana y la investigación policial amedrentó a los terroristas que sintiéndose vigilados, detonador en mano hicieron saltar por los aires los casi 100 kilos de explosivos preparados para matar provocando una polseguera (como relataba un vecino) en el Barranc de Pere en les Coves de Vinromà. Castellón volvía a ser el centro de la actualidad después de que el mes pasado un etarra escapará de un taxi en Torreblanca a 27 kilómetros de la explosión del domingo. Castellón, ciudad tranquila donde cualquiera hace años no pasaba desapercibido, se convierte ahora en el lugar idóneo donde hacerte invisible, ideal para camuflar todo tipo de acciones. Las fuerzas de seguridad estaban alerta, pero no tanto. Nada hacia pensar que esa furgoneta abandonada en un olivar fuera a estallar, pero estalló y quedó pulverizada. El modo de actuar recuerda tristemente al atentado de la T4 de Barajas y solo pensar en los daños que 100 kilos podrían haber causado en nuestra provincia este fin de semana nos recuerda cruelmente que nadie está a salvo de la sinrazón terrorista. Se necesita el apoyo de todos y cada uno de los partidos de este país y de otros y, por,qué no de la Comunidad Europea y del mundo entero, para arrancar de cuajo esta lacra social que es el terrorismo. Consenso señores políticos para solucionar nuestro peor problema: aún hay gente que se crea capaz de decidir sobre la vida de los ciudadanos de este país. Siéntense, apliquen la ley y hablen todos.

Periodista