Hay quien dice que los meses de verano suelen estar más vacíos de noticias, no está siendo el caso este año. El pasado día 23 tomó posesión el nuevo rector, Vicent Climent, quinto desde el inicio de la UJI. Sin duda ha habido magníficos rectores y Climent seguro que por recorrido personal, conocimiento y capacidad será igualmente un magnífico rector, que defenderá los intereses educativo-universitarios de la Jaume I, tal y como ya realizó en su toma de posesión, al reivindicar entre otras cosas Ciencias de la Salud en la universidad pública castellonense, de la que nos hemos visto privados en éste próximo curso, por falta de voluntad política y financiera del PP. En cambio, todo parece indicar que sí habrá facultad de medicina privada y encima, para su funcionamiento, utilizará recursos públicos, tales como el Hospital Provincial para realizar las practicas.

La UJI es una de las instituciones que ha provocado mayores cambios en Castellón, sociales, culturales, educativos, económicos, habiéndose implicado en el tejido socio-económico de nuestra provincia. En Castellón hay un antes y un después de la UJI.

A la toma de posesión del rector acudió el presidente Camps, que tuvo nuevamente un discurso vacío y sin ningún tipo de compromiso, ante las necesidades de las universidades valencianas en general y de la UJI en particular. Como anécdota, se olvido que el nuevo rector es el quinto de la UJI y no el cuarto como dijo el señor Camps en un lapsus.

Un presidente Camps que deja entrever en sus formas, el desgaste por la situación del PP, donde ya el barómetro del CIS indica que la percepción de los valencianos sobre la gestión del presidente Camps es que casi un 57% piensa que es poco o nada eficaz y más de un 60% piensa que es poco o nada honrado y más de un 61% tiene poca o ninguna confianza. Todo ello parece razonable dada la situación del PP en la Comunitat Valenciana, donde los problemas se suceden y no solo no están dando respuestas, sino que los silencios y las defensas numantinas ante temas que debieran tener respuestas contundentes conforman una manera de actuar que tendrán unos efectos electorales, pues todo tiene un límite. Todo ello junto a la parálisis del Gobierno valenciano le pasará factura al PP. H