Cuando llegó el PP al poder en la Comunitat Valenciana teníamos una tasa de paro del 20,5% similar a la del País Vasco y un punto por debajo de la media española. Los últimos datos de paro para nuestra comunidad suponen un terrorífico 27,32%, tres puntos por encima de la media española, mientras que el País Vasco tiene 13,5%, menos de la mitad.

Nadie en el Gobierno valenciano ha explicado porqué en la crisis de los 90 nuestra comunidad estaba mejor que la media española y en esta crisis estamos mucho peor, siendo la comunidad que mas duramente la sufrimos (desde 2008 la economía valenciana se ha contraído el doble que la media española). Tampoco han explicado porqué aquella crisis tuvo un impacto similar en nuestra comunidad y en el País Vasco y esta crisis tiene consecuencias tan diferentes en ambos territorios.

No les interesa buscar la explicación porque con ella se encuentra a los responsables: 17 años gobernando con las competencias transferidas en materia de políticas activas de empleo, con las competencias para incentivar la economía territorial en uno u otro sentido, lo explican todo.

Analizando la evolución de la estructura de los sectores económicos se encuentra una clave de nuestra desgracia. En 1996 la industria en nuestra comunidad (incluyendo energía) suponía un 24,8% del PIB, o sea, una de cada cuatro pesetas de la economía valenciana tenían su origen en la industria, porcentaje muy superior a la media española. En 2011 la industria valenciana ha perdido la tercera parte de su importancia y supone el 16,8%, estando por debajo de la media. El País Vasco sin embargo hoy está entre las regiones europeas que cuentan con mayor porcentaje de industria.

La apuesta sin límites del Gobierno valenciano por la economía especulativa y por la de escaparate ha contrastado con la desidia en política industrial. En el presupuesto de 2012 el president Fabra lo deja claro: 218 millones de euros para las tres empresas que gestionan los grandes eventos, con un incremento del 23%, y solo 108 millones para el programa de política industrial, recortado en un 20%.

El PP heredó una política industrial que era referente nacional y de la que nunca hablan porque la han dilapidado. Heredó el IMPIVA, Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana, al que ha sometido a sucesivos recortes; heredó una red de institutos tecnológicos que ha convertido en una fuente de ERE con los impagos del Consell; heredó unos Centros de Empresas Europeas Innovadoras que no ha dejado crecer ni actualizarse a los tiempos; heredó un parque tecnológico en Paterna que era referente europeo y que ahora está desfasado respecto a muchos parques españoles; heredó la Sociedad de Promoción de la Comunitat que la transformó en el IVEX cuya mas famosa actividad ha sido el contrato multimillonario a Julio Iglesias con pago en paraíso fiscal por conciertos no celebrados.

Estuvimos sin política industrial explícita hasta que se pactó la estrategia de política industrial 2010-2015, y tan solo dos años después, sin evaluarla, se anuncia su reforma para encubrir su incumplimiento. A pesar de todo esto ha habido sectores industriales que por si mismos han tenido una evolución admirable, como la reconversión del sector del calzado en Alicante o el sector cerámico en Castellón que está incrementando sus exportaciones, razón de mas para que el Gobierno español diseñe una política específica de apoyo a este sector, como reclamó Ximo Puig el miércoles en el Congreso de Diputados.

La caída de la importancia del sector industrial, como si de fichas de dominó empujadas por el Gobierno valenciano se tratara, ha caído con el sector agropecuario, dejado a su suerte, con el sistema financiero valenciano (la única comunidad que lo ha perdido), y tenemos que evitar que las próximas fichas en caer sean los sistemas públicos de educación y sanidad. Mientras se recortan ambos, gastamos lo que sea en Fórmula 1 pero no en una fórmula para salir de la crisis. H