Según la Real Academia de la Lengua, preferente significa ventaja o preferencia sobre otra persona o cosa. Los bancos sacaron el mayor partido a este término endosando a los clientes las famosas preferentes, pero la ventaja o trato preferente fue para los mismos bancos ya que muchos se quedaron sin nada y los bancos, con todo, ya que las pérdidas fueron recompensadas o protegidas vía rescate bancario.

Los bancos aplican la máxima de ser preferentes. Hurtan nuestros datos para vendernos de todo, siempre más barato que lo que tenemos y con la garantía del rescate. Como los clientes somos así de confiados, les damos un trato preferencial, sin dudarlo, ni valorar su profesionalidad y moralidad. Todo ello, además, permitido y protegido por el Gobierno, que legisla de acuerdo con sus intereses comerciales. Diariamente, los bancos proponen cambiar el seguro del coche, de la casa, de la empresa, de salud, o viajes, etc. ¿Cómo sabe el banco lo que uno tiene? ¿Y la protección de datos? Lo mismo sucede a empresas y a autónomos. Si no contrata seguros con el banco, corren el riesgo de no renovar créditos ventajosos.

Precaución ante estos profesionales preferentes que van a por todas. Algunos no saben ni entienden de lo qué han vendido. Una vez endosado, allá tú, el negocio ya lo han hecho. H

*Periodista