Querido lector:

La reforma integral de la carretera Nacional 340 a su paso por la provincia de Castellón debería incluir su desdoblamiento en todo su trazado y variantes en los cascos urbanos por los que cruza o discurre de forma paralela o adyacente. Pero si cogemos como referencia el ritmo de las obras y la pausada inversión ralentizada por la crisis del único tramo en que se ha actuado en los últimos años (aún sin acabar), el desvío de la N-340 de Vinaròs, Peñíscola y Benicarló, sería imposible acometer esta reforma en menos de 50 años. Tiempo en que, a lo mejor, los coches ya vuelan y no hacen falta carreteras.

Por tanto, descartada la voluntad del Gobierno central para actuar en esta carretera de la muerte, tal y como ha demostrado siempre destinando cero inversiones presupuesto tras presupuesto o retirando presupuestos ya aprobados con una y mil excusas. Y descartada también la posibilidad de una reforma integral de la N-340 ante la escasez de inversiones públicas en la provincia en las próximas décadas que dejará esta carretera prácticamente como está, es decir, prácticamente igual que cuando los romanos construyeron la Vía Augusta, la política castellonense debería centrarse, en aras de un realismo inevitable, en reivindicar soluciones parciales.

Soluciones, tal y como reclaman los alcaldes de todos los municipios involucrados y todos los sectores económicos que no tienen más remedio que utilizar la carretera, en los tramos más conflictivos: entre Nules, Alqueries y Vila-real y entre Castellón y Oropesa, aquellos que más siniestralidad presentan.

Entre Nules y Vila-real es fundamental una variante que salve Alqueries y un desdoblamiento que evite los embotellamientos causados por el tráfico industrial. Y en el tramo Castellón-Oropesa, recuperar los proyectos de desvío que nunca llegaron a definirse pero con doble vía o proceder al rescate parcial de la autopista en este tramo lo que repercutiría notablemente en un menor impacto ambiental que las primeras opciones.

A ver si nuestros políticos son capaces de gestionarlos.