Català deja en evidencia

Querido lector:

Por lo general, los valencianos se creen que en Castellón vamos aún con alpargatas y blusón llauro. De ahí que la torrentina consellera de Educación, María José Català, se haya sorprendido de la contestación castellonera hacia su gestión de los últimos días por la supresión de aulas en valenciano con el arreglo escolar. Y de ahí que, toda espitosa y con aire de cabreo, haya explosionado en su visita de ayer a Castellón (en un reducto tan propio para ella como es el CEU) para decir que ni ajo. Que no mueve ficha, que al Ayuntamiento de Castellón, al consejo escolar del colegio Herrero de la capital y al resto de centros protestones con los apaños escolares... que les den. Que no cambia nada y que la distribución de aulas y líneas previstas no se va a mover ni un ápice de lo previsto. Que es lógico que al suprimir aulas por la disminución de la natalidad se eliminen en valenciano porque hay muchas más que en castellano. Según ella, un 90% en valenciano y un 10% en castellano (sin contabilizar la educación concertada, claro). Y que de modificar criterios o buscar situaciones puntuales, nada de nada. Faltaría más.

A la consellera le ha dado igual que su directora general, la castellonese Beatriz Gascó o que el concejal de Educación de Castellón, Vicent Sales, que estaban partiéndose la cara por su conocimiento del terreno para enhebrar posibles soluciones alternativas y concretas a algunas de las situaciones puntuales que tan hondo malestar han causado en padres y profesores, queden desautorizados y sin capacidad para la negociación. Al parecer, como ella es la que manda, pues eso, ordeno y mando y las gestiones realizadas por ambos... al carajo.

Debía venir ayer tan enervada a Castellón que ni siquiera fue capaz de vender la positiva iniciativa de la Generalitat que ella misma había comunicado un rato antes en Valencia, sobre los avales de préstamos a estudiantes universitarios para cursar grados o másters. Nada de nada. Inflexibilidad absoluta con el valenciano, quedara mal el que quedara. Yo del PP, se lo haría mirar.