Lea usted con atención cada palabra de este artículo, por favor. Hágalo porque es muy importante este mensaje: desde el Grupo Municipal Popular no criticamos el uso correcto y necesario de los vehículos oficiales por parte del equipo de gobierno. Lo que criticamos duramente es la hipocresía con la que actúa el nuevo equipo de gobierno de Castellón con la cuestión de los coches oficiales.

En el discurso de toma de posesión la alcaldesa, Amparo Marco, afirmó que a partir de ahora “los patinetes y los zapatos serán los coches oficiales”.

La mención al patinete era una clara alusión al vicealcalde, Enric Nomdedéu, que se subió un día a un patinete para escenificar la importancia de este transporte alternativo y tomar distancia así de lo que el consideraba “casta”. Nada que decir, y nada que objetar. Yo soy usuario habitual del Bicicas --seguramente el concejal que más utiliza este servicio-- y él va en patinete. Pero cuando le vemos llegar con su coche privado a Santa Clara para sacar del maletero su patinete y recorrer con él los escasos 100 metros que separan la Plaza Santa Clara de la Plaza Mayor, eso se llama postureo al 100%.

Como el asunto funcionaba y tenía eco mediático, también la alcaldesa quiso sumarse a esta “moda”, y la resumió en una ingeniosa frase: “los zapatos serán mi coche oficial”. Cuando aún no se habían silenciado los aplausos ante dicha afirmación, la alcaldesa ya estaba subida a un coche oficial para acudir a una tertulia de radio. Como vio que no pasaba nada, y que era práctico y cómodo, al día siguiente lo utilizó para ir a la Marjalería a ver las obras de la Segona Travessera, después para ir a un distrito de la ciudad, a la Universidad, a la Basílica de Lledó, y así hasta el día de hoy, en el que el coche oficial y la alcaldesa de Castellón ya son inseparables.

El uso de los coches oficiales no es ningún problema, en todo caso lo es el abuso si lo hubiere o si lo hubiese habido. En eso estamos de acuerdo.

Son constantes los mensajes que llegan al Grupo Municipal Popular con imágenes de la alcaldesa y el vicealcalde subiendo y bajando del vehículo oficial. Si su uso es necesario y correcto, no hay ningún problema. Pero los mensajes no nos denuncian su uso, sino la hipocresía que supone estar haciendo justo lo que tanto han criticado y tanto rédito electoral les ha dado.

Lo que la gente no consiente es la mentira y lo que no tolera es el postureo con el que el bipartito impregna cada una de sus actuaciones.

Por cierto, Sra alcaldesa, 1,05 euros es el precio del transporte público. Se lo recuerdo para que en la próxima entrevista no se le olvide. H

*Concejal del PP en Castellón