Se llenaron las calles, se reivindicó la vida de las mujeres, se exigieron medidas, recursos económicos y la efectividad de los pactos entre las instituciones públicas y la sociedad. Hoy es el día después del 25-N, Día Internacional contra la Violencia de Género. Las mujeres sufren todo tipo de violencias: física, sexual, económica, ambiental, psicológica... Son asesinadas, agredidas, violadas, prostituidas, esclavizadas, explotadas, rechazadas, humilladas, ninguneadas, invisibilizadas. Y de estas violencias, algunas son, todavía, muy difíciles de denunciar, porque no aportan pruebas, porque es un maltrato sutil, normalizado, invisible, que desgasta la autoestima y acaba anulando a la mujer, provocando graves secuelas.

Un año más, en el día después, deseemos que no se baje la guardia, que los compromisos políticos e institucionales sean reales, que todos los días sigan trabajando, con la misma fuerza de las declaraciones hechas ayer, para erradicar el terrorismo machista, para salvar la vida de las mujeres, para proteger y ayudar a las supervivientes. Para alcanzar la igualdad real y efectiva.

Hay quienes predican, lamentan y se aferran a las pancartas, hay quienes guardan minutos de silencio, proclaman soluciones, promesas de erradicar la violencia de género, de asumir la gravedad, de cambiar y luchar. Pero están atrapados en sus propias contradicciones. Muchos hombres aún no han eliminado el machismo de sus códigos y rutina. Es un proceso que requiere conciencia, decencia y esfuerzo. El sistema patriarcal, el poder de todos los poderes, sigue frenando y arrinconando a las mujeres. Los sistemas político, judicial y económico no han avanzado, siguen fabricando realidades machistas, sentencias machistas, siguen ampliando la brecha de la desigualdad y tratando mal a las mujeres, porque todo forma parte de la cultura machista predominante. Queda mucho por hacer.

La violencia de género debe, pues, abordarse como un problema estructural y combatirse desde una nueva perspectiva, dejando de cargar sólo en la mujer el peso de salir del maltrato. Son las palabras de María Such, directora del Institut Valencià de les Dones, que recomienda «señalar el machismo», enfrentarse a comportamientos y situaciones cotidianas que, revestidas de normalidad, perpetúan estereotipos machistas y más desigualdad.

*Periodista