Hoy no es un día más. Sí, ahora mismo estás leyendo el periódico como has hecho en días anteriores. Sin embargo, mientras recorres la actualidad política, repasas los resultados deportivos del fin de semana o lees con repulsa los sucesos que sacuden tu país; mientras haces todo eso pasando las páginas del Mediterráneo, en tu cabeza repasas lo vivido en el 2018, piensas en el futuro por venir e, irremediablemente, esperas esa velada que esta noche te llevará a sentarte en la mesa rodeado de los tuyos para celebrar la Navidad.

Y es que la cena de Nochebuena es, sobre todo, eso: recuerdos vividos y compartidos junto a tus seres queridos, anhelos por construir y sueños por cumplir. Deseos que, casi siempre, coinciden con lo soñado por tu entorno. Aspiraciones que todos ansiamos que lleguen para abonar el futuro de esperanza, oportunidades y una mejor realidad venidera.

El problema llega cuando esos sueños se sueñan, sí, pero quienes tienen que materializarlos no trabajan para hacerlo. Pues bien, hoy iniciamos una Navidad diferente; una Navidad repleta de peticiones y cartas a los Reyes Magos que podrán acabar siendo una esperanzadora realidad cinco meses después.

No en vano, en estas fechas serán muchos los hogares en los que se hablará de libertad, igualdad y oportunidades. Esas que, por desgracia, desde hace más de tres años, la izquierda valenciana ha decidido negarnos y que, desde hace unos meses, Sánchez se ha empeñado en borrar del panorama nacional.

Libertad educativa, una sanidad sin listas de espera, un empleo digno, un uso de la lengua sin imposiciones, una apuesta real por nuestra provincia (o lo que es lo mismo, una necesaria autovía o la liberalización de la autopista) o una España unida; todas ellas peticiones que deberían ser una realidad más que un anhelo y que, de la mano de Pablo Casado, Isabel Bonig, Miguel Barrachina y (seguro) María Tormo en Almassora, lo serán a partir del 26 de mayo.

Porque el mejor regalo que nos podemos hacer es el de apostar por aquellos que, de verdad, apuestan por nosotros y que harán que las administraciones no sean una piedra en el camino y sí sinónimo de crecimiento, liberalismo y deseos cumplidos.

Por eso, cuando en estas fechas te envuelvas de deseos y anhelos, recuerda que para que muchos de ellos se tornen en realidad tendrás que esperar tan solo cinco meses más. Esperar y, eso sí, apostar en las urnas por aquellos que apuestan por ti o, lo que es lo mismo, apostar por el PP. ¡Feliz Navidad!

*Presidente NNGG Castellón