Asistimos a la peor manifestación de la realidad que nos ha acompañado en Nules durante toda la legislatura. Eso de que el espectáculo debe continuar se ha transformado en un verdadero esperpento donde los que eran tan amigos --aunque nunca lo fueron-- ya no tienen complejos a la hora de evidenciar sus diferencias, haciendo ímprobos esfuerzos por dejar muy clara cuál es la posición que cada cual puede ocupar.

En su particular hoguera de las vanidades --salvando las distancias con la excepcional novela de Tom Wolfe, porque lo de Nules roza bastante lo chabacano--, cada cual trata de revertir el efecto de la mentira en la que han estado viviendo desde mayo del 2015. Esa mentira en la que dijeron a sus votantes que harían una cosa y han hecho prácticamente la contraria.

Los ridículos flagrantes se suceden como los anuncios inverosímiles que realizan con la desvergüenza del que sabe que miente y no le importa. Es el caso de los más de 750.000 m2 que dicen estar dispuestos a expropiar para convertir a Nules en sede de macrofestivales musicales. Y ya no vamos a entrar en el fondo de la cuestión, solo las formas hablan por unos políticos que viven de los titulares, tanto como ocultan las chapuzas. Porque una de las grandes es lo que ha sucedido en la carretera de la Vilavella, donde después de construir un carril bici sin ningún sentido, ahora, sin solucionar el problema, se ponen a hacer resaltes, para dificultar más la circulación y lo que es peor, para hacerla más peligrosa para todos, conductores y ciclistas.

Así hacen todo lo que hacen. A salto de mata, sin reflexionar, sin pensar. Y por supuesto, sin hablar. Porque entre ellos se hablan lo justo y necesario, lo que les exigen las cámaras cuando se ponen delante. Y mientras están preocupadas en sus sandeces, la interventora anuncia que queda 1.900.000 euros pendientes de pago del último trimestre del 2018. Ellos prometen macrofestivales, se dan puñaladas traperas y codazos en los riñones por salir mejor en las fotos, y no pagan a los proveedores. Gastan y gastan sin criterio, para convertir sus fracasos en éxitos mientras se financian con los autónomos.

*Concejal y presidente del PP Nules