Hermanos: no hay quien nos entienda. Si un valenciano no es igual que un catalán, un murciano o un castellano. Si las circunstancias no son las mismas en Galicia que en Andalucía, ¿a santo de qué tienen que aplicarse las mismas medidas sanitarias en unos sitios y otros?

Si lo lógico casi sería que se tomaran pueblo a pueblo o barrio a barrio. Sin embargo, ahora los centralistas han visto un campo de batalla para exigir que sea el Gobierno central el que tome las decisiones, con una suerte de café para todos que se aplicaría igual para los valencianos que si hemos hecho nuestros deberes con, por ejemplo, los vascos que no los han hecho.

También da risa ver a los nacionalistas de todo tipo y pelaje, y a los independentistas de Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya o de Junts pidiendo la prórroga del estado de alarma por el Gobierno español.

Y a los jueces, que de toda la vida han estado ahí para interpretar las leyes, ahora creen que las leyes son poco claras. ¡Pues para eso están ellos: para aclararlas! Lo han hecho siempre, ahora no deberían ser menos.

O sea que de caos nada. Lo que hay es un sistema constitucional con un estado de las autonomías en el que cada gobierno autonómico debe saber las necesidades de sus ciudadanos y debe proteger de la mejor manera posible su salud y sus derechos. E intentar que la economía salga lo menos perjudicada posible. Eso se llama RESPONSABILIDAD.

Ahora, desde la tranquilidad de saber que ya llevo dentro la primera dosis de la vacuna. De que muchos de los que están en mi entorno ya están inmunizados y que la Comunitat Valenciana lidera en España y en Europa los mejores datos de la pandemia, a trabajar para recuperar nuestra economía.

Urbanista