A Ximo Puig le preocupa muy poco la salud de los castellonenses. Al presidente socialista de la Generalitat valenciana solo le quita el sueño la posibilidad de que alguien le mueva la silla… Lo demás carece de importancia para él y, por eso, adopta medidas que dañan gravemente la calidad de vida de todos los habitantes de la provincia de Castellón sin el más mínimo rubor.

Además de una muy deficiente gestión de la crisis sanitaria –y económica y social-- provocada por la pandemia del covid-19, Puig ha decidido, mediante un decretazo, trasladar el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de Castellón a Valencia. Y eso solo puede entenderse como un ejemplo más de que la gestión del PSOE en materia sanitaria perjudica seriamente a la salud. Un desprecio en toda regla para los castellonenses. Y los ciudadanos deben saber que esta medida tiene un importante trasfondo, ya que en la práctica va a suponer la pérdida de un recurso sanitario que garantizaba la proximidad, y por tanto la rapidez, a la hora de afrontar cualquier emergencia para los castellonenses. Y es que lo que Ximo Puig y sus aliados de la extrema izquierda califican como «medidas progresistas», realmente son pasos hacia atrás, que los acabaremos sufriendo los ciudadanos de la provincia.

Hay que recordar que el CICU es un servicio que puso en marcha el PP en el año 1998 y que ha dado magníficos resultados, gracias a la inmediatez en la respuesta ante cualquier emergencia ciudadana. Así pues, Ximo Puig va a ser el único responsable por su decisión de anular un recurso que ha salvado muchas vidas, ya que a partir de ahora las emergencias se atenderán a tres horas de puntos de nuestra geografía como pueden ser Morella o Vinaròs, por ejemplo.

Con esta medida, el PSOE no tiene más objetivo que seguir reduciendo la estructura actual del sistema sanitario, recortando personal y medios en los servicios de atención rápida de emergencias… Y esto deja claro que para Ximo Puig las prestaciones sanitarias son simplemente un gasto innecesario que hay que recortar para dedicar ese dinero a otras cosas que los socialistas consideran verdaderamente importantes, como es el caso de la memoria histórica o crear subvenciones para gratificar a amigos y a familiares, dejando al margen las demandas de los castellonenses, que vuelven a quedar a la cola de las prioridades de la Generalitat valenciana.

Pero, además, el cierre del CICU pone de manifiesto el nulo peso que tiene el PSOE y Compromís de la Diputación de Castellón para Ximo Puig. Ambos grupos políticos deben trabajar por el bienestar de los castellonenses y por lo tanto deben alzar la voz y unirse al Partido Popular contra la centralización del servicio en Valencia. De otra manera estarán poniéndose en contra de Castellón y de los castellonenses.

Ya nos hemos acostumbrado, lamentablemente, a que, tanto los días pares como los impares, el PSOE nos dé un nuevo disgusto a los castellonenses en materia sanitaria. En lugar de recuperar los 600 profesionales de la Sanidad que ha despedido, de abrir todos los centros de salud y de agilizar la vacunación, Ximo Puig prefiere cerrar el CICU. ¡Y venían para salvar a las personas!

Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada provincial. Presidenta provincial del PP de Castellón