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Merche Galí

TRIBUNA

Merche Galí

El progreso de los flojos

Flojos, perezosos, insensibles, que no nos conmovemos, que no sentimos el dolor. Esas son las palabras con las que la portavoz del Partido Popular de Almassora, María Tormo, califica al equipo de gobierno de nuestra población. Indolentes nos llama, todo lo anterior. Así construimos y educamos.

El papel es que todo lo aguanta, incluida la mentira. La verdad es que estoy muy orgullosa de liderar al equipo perezoso que tiene en obras los colegios Embajador y Santa Quitèria y que el año pasado inauguró el Regina Violant. Prefiero esa pereza a la de dejarlo todo en barracones como hizo ella cuando era concejala de Educación del consistorio. Si yo soy la que no se conmueve, ¿cómo calificamos a la maestra de Embajador Beltrán que no votó a favor de realizar las obras de su propio colegio?

Esa insensibilidad que caracteriza a mi equipo de gobierno es la que construye colegios, ha derribado el Grupo B y ha comenzado a peatonalizar la Vila, donde nuestra insensibilidad hacia quienes van en sillas de ruedas, llevan muletas o carros de bebé se ha materializado en obras de accesibilidad.

Como no sentimos el dolor ajeno hemos gastado más de un millón en ayudas a empresas y comercios de Almassora afectados por la pandemia. Y lo mejor de todo es que quienes leen que el Partido Popular dice que es mentira ven en su libreta del banco el ingreso que les ha transferido este Ayuntamiento.

Contratos de trabajo

Y eso es tan verdad como que mientras escribo estas líneas las terrazas que veo a mi espalda no han pagado la tasa por ocupar vía pública (y la mantendrán bonificada también durante el próximo año) o que hoy he firmado 16 nuevos contratos de trabajo a vecinos y vecinas de Almassora en paro.

Los flojos y perezosos hemos presentado el mayor presupuesto económico de este Ayuntamiento para el próximo año sin subir impuestos, lo que se traducirá en mejores servicios para la ciudadanía. Para muestra, un botón: el contrato de jardinería que adjudicó el PP en 2013 por 210.000 euros pasa a reservar 465.000 euros anuales. Un 121% más.

Eran otros tiempos, había que pagar sentencias urbanísticas y recortar de donde fuera, aunque al mismo tiempo tiraran nuestro dinero en el edificio de frutos secos (abandonado sin inaugurar) o planificaran el crecimiento desaforado de la playa para cobrar impuestos sin pensar en dotarla de servicios.

Alcaldesa de Almassora

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