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Paco Mariscal

AL CONTRATAQUE

Paco Mariscal

Joan y el rapaz de Primaria

En alguna que otra ocasión, cualquiera de ustedes, vecinos, tropieza con un rincón elegante y ameno en la parte vieja de Castelló del Riu Sec. Esa parte vieja que algunos de nuestros conciudadanos denominan, no faltos de ingenuidad, centro histórico. Aunque, claro y visible está, el distrito es una sucesión de alturas edificadas sobre un cuadrilátero medieval: callejuelas estrechas que añoran más el sol que las pinturas rupestres de Altamira. Pero de vez en cuando aparece la sorpresa, como en el carrer de Cavallers, el viejo caserón adecentado o la restaurada fachada modernista. En el carrer de Cavallers entra el sol y la calle desemboca en la plaça de les Aules, donde se puede observar con todo lujo de detalles la decimonónica Diputación. El lindo caserón adecentado del carrer de Cavallers nos recuerda Les normes de Castelló de 1932, y estos días las efemérides de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en diciembre de 1948, y los algo más de seis decenios de Amnistía Internacional, alrededor de 1960. Efemérides que cabalgan en el País Valenciano y en las tierras hispanas algo más allá de las humedades del Riu Sec.

Ese otro viernes de la semana de los puentes, en lo que es también Museu d’Etnologia, en la casa señorial de Cavallers, en espacios reducidos pero adecuados, la agrupación de Amnistía Internacional de Castelló inauguró una exposición de carteles históricos de esta organización internacional; carteles que nos remiten a Picasso y Genovés, a la masacre de jóvenes en Tian An Men y a las campañas contra la pena de muerte. Los carteles merecen la visita de quienes están por la labor de los derechos humanos.

Sencilla y modélica exposición

Y quienes están por la labor de los derechos humanos no pueden perderse la sencilla y modélica exposición de pequeñas obras escultóricas que inauguró en Cavallers el diseñador y artista Joan Massana, nacido en Lleida y asentado junto al Riu Sec. Joan es un viejo rebelde que denuncia mediante el tejido acrílico, la madera, el hierro y el acero, y hasta la botella de leche, la violación sistemática que, en este valle de lágrimas, se realiza de los derechos humanos. Las obras de Joan vienen a ser un expresionismo de dimensiones reducidas y grandísimo valor moral y político. El arte expresionista no es una representación objetiva de la realidad; el expresionismo es la realidad plástica de los sentimientos y emociones del creador. Como Joan con pequeñas alambradas de espino, los casquetes de bala, sus calaveras amordazadas. Uno, vecinos, se quedó un tanto boquiabierto cuando vio las dos botellas de leche, alusivas a la famosa afirmación atribuida a Churchill que hablaba de la presencia del lechero, y no de la policía, en la puerta de la casa de uno de madrugada. Era la constatación de si se vivía en democracia o no. Massana crea arte, relacionado con las circunstancias históricas que vivimos, quitándole funcionalidad a leche y la botella que hablan por sí solas, como las balas o la alambrada de espino.

Y a quienes están por la labor de los derechos humanos, no les pudo pasar desapercibida la postal de José Antonio. La postal ha recibido un premio de Amnistía de Castelló en un concurso escolar. El rapaz, quien anda en 6º de Primaria por donde el CEIP Enric Soler i Godes, debe llevar en la médula la levadura de un artista sensible. Su postal es infantilismo expresivo cercano al tebeo o cómic: monigotes con ojos que ocupan casi toda una cara y casi omisión de manos y pies. El tema: el acoso y la intimidación escolar al vecinito del pupitre.

Discreta y exitosa la exposición y su inauguración. Se echó a faltar, claro, la presencia de la viajera alcaldesa Amparo Marco y de la sagaz concejala de Turismo y Ermitas.

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