Por si algo le faltaba a la Monarquía, ahora sale Urdangarín rivalizando con Antonio David, cazado en pleno escarceo amoroso en la playa francesa de Bidart. En su día el marido de la Infanta Cristina empatizaba con el Rey Emérito, quien ahora tiene un gran cabreo con él, aseguran plumillas que van de oído fino en los aledaños de la Familia Real, a la que no pertenece el hoy exrecluso. Los asuntos del corazón son tan legítimos como impredecibles, empero el momento resulta muy inoportuno para la denostada institución contra la que hay una confabulación de fuerzas políticas entregadas a finiquitar el Reino de España.
La decisión, por las formas, de Urdangarín llega en el peor momento y sirve para que algunos aprovechen la situación. Reverdeciendo cuestiones menores que desencadenan encendidos populismos de barra de bar, con temas como la seguridad que presta Interior a los más directos familiares del monarca, entre ellos el propio Urdangarín. Y así la Monarquía llena páginas amarillas en papel cuché y colma de contenido los platós de tele basura. El tipo lo ha propiciado.
Dicen que Juan Carlos I jura en arameo mientras algunos pretenden convencerlo para que haga las maletas y se instale en Portugal. En el dorado exilio de Estoril pasó parte de la niñez nuestro Emérito mientras rechazaba la corona y quería que todos lo llamaran Juanito. hasta que Don Juan de Borbón pactó con Franco y cumplidos 10 años lo mandó a España para quedarse. Gracias a que Juanito fue Rey por deseo del dictador, ironías de la historia, el Régimen franquista pudo pasar a mejor vida y fructificar la democracia. Que las ramas no impidan ver el bosque. La Monarquía de Felipe VI es nuestro garante.
Periodista y escritor
