Me imagino que, si usted ha ido a poner gasolina a su coche, ya se habrá empezado a dar cuenta que algo está pasando. Y si mira el incremento de los precios en general, pues también. Estamos en medio de una carencia de materias primas importante que hacen que las pocas que van quedando vayan subiendo de precio conforme hay menos oferta en los mercados.
El tema de los combustibles (gas y petróleo) se reduce bien por los conflictos entre países que nos hacen vulnerables (Argelia-Marruecos y Rusia-Ucrania para el gas) o bien porque los países productores de petróleo están manteniendo la producción como en los tiempos del confinamiento y, por lo tanto, hay bastante menos petróleo en el mercado.
El otro problema son los materiales raros, y por lo tanto escasos, que son necesarios para mantener nuestra economía digital y para acometer con solvencia la transición ecológica y energética, que es vital para nuestra supervivencia en este planeta (y que es el único que conocemos por ahora).
El litio para nuestras pantallas, el galio para las bombillas led o el cadmio para las placas solares fotovoltaicas, si son raros es porque hay poca cantidad. Y si, además, los chinos están comprando todas las minas que pueden, ello será para alimentar a su mercado interno en primer lugar (1.400 millones de chinos) y después para controlar el mercado mundial.
Complicado de solucionar sin perder plumas por el camino. Y, nos pongamos como nos pongamos, a los occidentales europeos nos va a tocar pagar. Somos la gallina de los huevos de oro para los otros. Pensemos cómo arreglarlo. Porque a mi no se me ocurre nada.
Urbanista
