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Francisco Toledo

Impulso a la UJI renovado y compartido

La Universitat Jaume I tiene suerte de contar con una rectora vital, apasionada, positiva, creativa, emprendedora y muy trabajadora

Hace cuatro años Eva Alcón se convirtió en la primera rectora de la UJI y ha decidido presentarse a la reelección. Quiero trasladarle mi agradecimiento por querer seguir liderando nuestra universidad porque puedo asegurar que el cargo de rectora más que un cargo es una carga, una carga enorme de trabajo y de responsabilidad que deja en suspenso la carrera docente e investigadora para dedicarse a la gestión y representación de la UJI y que deja poco tiempo libre.

Transcurrido el plazo de presentación de candidaturas a las elecciones del próximo 11 de mayo, la de Eva ha sido la única sustanciada. Además, la lista claustral que encabeza cuenta con una larga lista de 216 titulares y suplentes que dará estabilidad a su segundo mandato. Esto significa que la percepción global de su gestión y la de su equipo rectoral es lo suficientemente positiva como para que no se nuclee una oposición en torno a otra candidatura.

Eva ha sido una magnífica rectora a la que le ha tocado vivir un complicado mandato lastrado por dos hechos: en primer lugar la escasez económica derivada de un modelo de financiación insuficiente que se volvió tremendamente injusto para la UJI cuando se congeló su aplicación, perjudicando con ello a las universidades como la nuestra que estaban en crecimiento y beneficiando, paradójicamente, a las que perdían estudiantes. Eva ha reclamado persistentemente la mejora del modelo de financiación y en estos momentos hay un grupo de trabajo creado por el gobierno valenciano trabajando en ello.

En segundo lugar, a Eva le ha tocado un primer mandato condicionado por la pandemia del covid que obligó a cerrar las universidades durante el confinamiento y a adaptar la docencia a la modalidad on line para poder seguir prestando formación académica.

Además, el equipo rectoral ha tenido que lidiar con las trabas burocráticas que los gobiernos han ido introduciendo en los últimos años, como no permitir una dotación de nuevas plazas de personal superior a la tasa de reposición (supone no dotar más plazas que las jubilaciones realizadas, lo cual vuelve a perjudicar gravemente a universidades en crecimiento). A pesar de ello, Eva ha sabido tejer alianzas para que la tasa de reposición que no consuman otras universidades puedan aplicarse a la UJI y ha conseguido que el Gobierno español lo permita.

Con los condicionantes anteriores era fácil caer en una gestión de mera inercia, pero afortunadamente para la UJI el inconformismo de Eva y su equipo les ha llevado a lo contrario. Así, se han conseguido hitos importantes entre los que quiero destacar los siguientes: el campus ha seguido creciendo con al apoyo del Gobierno Valenciano a las inversiones de la Facultad de Ciencias de la Salud y otro edificio de investigación que está contruyéndose; se ha ampliado la oferta académica con tres atractivos grados: ciencias de la actividad física y el deporte, inteligencia robótica y bioquímica y biología molecular que comenzará a impartirse el próximo curso; se han invertido 6 millones de euros en infraestructuras y equipamientos científicos; se ha desarrollado un plan propio de becas y ayudas a los estudiantes y se ha puesto en marcha la casa del estudiantado; se ha impulsado la dimensión internacional de la UJI firmando multitud de convenios y con el programa de prácticas internacionales UJIworld; en el ámbito del personal de administración y servicios, se ha dado un gran paso en su estabilización y se ha aprobado un plan de ordenación de recursos humanos que los adapte a las nuevas necesidades y prepare la renovación generacional; además, se ha consolidado la administración electrónica que ha permitido eliminar el papel.

Tras 31 años de vida, nos podemos sentir muy orgullosos de la UJI, de aquella universidad por la que luchó la sociedad castellonense a finales de los 80 consciente de lo importante que era para su futuro. Gracias al trabajo colectivo, pero también a la implicación y compromiso de los sucesivos equipos rectorales y demás cargos académicos, la UJI aparece en buena posición en los diversos rankings internacionales de calidad de universidades y esto es especialmente meritorio porque los rankings no miden la calidad normalizada por el tamaño, sino la cantidad de producción de calidad lo que significa que una universidad pequeña como la UJI lo tiene mucho más difícil que otra de mayor tamaño.

Todo esto está muy bien, pero no hay que caer en la autocomplacencia por que es el principio del fracaso. Hay que sentirse orgullo de los logros a la vez que seguir trabajando por mejorar y superarse. Eso es lo que proponen Eva Alcón y la candidatura claustral que la apoya en sus 144 compromisos electorales para dar un nuevo impulso compartido a la UJI.

Tuve la fortuna de trabajar junto a Eva Alcón como vicerrectora los nueve años que fui rector. Siempre trabajó avanzándose a los problemas cuando se podía y buscando soluciones de sentido común cuando se presentaban; siempre aunando voluntades, creando alianzas y generando ilusión. La UJI tiene suerte de contar con una rectora vital, apasionada, positiva, creativa, emprendedora y muy trabajadora y por eso pido que el día 11 la comunidad universitaria acuda a las urnas a votarla como rectora.

Se lo merece por sus logros, por su talante, por su actitud y por sus propuestas para los próximos cuatro años.

*Catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UJI

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