El Periódico Mediterráneo

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Joaquín Serrano

PUNTO DE VISTA

Joaquín Serrano

Incumplidores compulsivos

Hay gente que saca de quicio a los demás. Así, los que se comprometen a algo y no lo hacen. No se sabe si su incumplimiento es porque es un mentiroso, un inútil, si lo hace por malicia, vaguería, tontuna o qué motivos le mueven o mejor, no le mueven, y al final no hace nada. A veces se trata de que se creen superiores y no confían en que las cosas las hagan los demás y no delegan. Otras, prometen hacer lo que les corresponde pero tienen miedo a equivocarse o a causar problemas, lo que suelen hacer; y su solución es la inactividad y rezar para que se resuelva el asunto solo, lo que no ocurre. Curiosamente, su ineficiencia no va acompañada de remordimientos, y menos de búsqueda de soluciones. Todo le importa un pito, pone cara de póquer y hace como si no pasara nada. En algunas ocasiones no es grave, pero en otras, como si hay fechas terminales, puede causar muchísimos problemas. Podría ser que estuviera enfermo y fuera catatónico, que es un síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental. Suele acompañarse de expresión neutra bobalicona y de comunicación hablada indefinida, dice algo que suena como sí, aunque la verdad es que no. Nunca cumplen en nada, y ni siquiera reflexionan que con esa actitud se estrellarán en la vida y solo pueden fracasar en todos los ámbitos. Al final, hartos de su pasividad e ineficiencia, los demás hacen su trabajo.

Y es que ya que no ayuda, por lo menos que no moleste. Forma parte del universo de las personas tóxicas que tanto abunda y de las que lo mejor que podemos hacer es mantenernos lo más lejos posible.

Notario y doctor en Derecho

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