Nací, al igual que mis hermanos, en la avenida del Lledó, a 300 metros de la basílica. Ni las manifestaciones ni las críticas han parado su remodelación. Hasta Perot de Granyana molesta y cambia de ubicación. Todas las ciudades tienen algo que las identifica. Nuestra avenida del Lledó dejaría de ser un despropósito si hubieran convocado un concurso de ideas, si, con nuestra cerámica, la hubieran embellecido y puesto en el mapa. Una pena.
El tripartito que nos gobierna tapa sus vergüenzas presentando logros a sus huestes, como quitar una letra al nombre de su ciudad o trasladar la cruz del Ribalta a 400 metros. El fracaso de la gestión municipal no se puede ocultar pretendiendo dividir a la sociedad.
Para el Fadrell, fomentar el turismo es ir a Fitur y hacerse la foto. Señores, sin crear los condicionantes, ni nuestro puerto recibirá cruceros, ni Castellón estará en el mapa turístico.
Hemos celebrado el 771 aniversario de la ciudad, de la firma del Privilegio del Traslado por el Rei Jaume I. Para la programación del aniversario, el Patronat Municipal de Festes excluyó a un ente histórico, a nuestras gaiatas y a su simbología representada por el traslado de los moradores del Castell Vell al llano, apoyándose en sus gaiatos iluminados con sus candiles. Les privaron de exhibir sus gaiates de mà dentro del programa. Ustedes han marginado y creado malestar de forma innecesaria.
El PSPV, Compromís y Podemos gobiernan anclados en sus políticas estanco para consumo propio. No están por gobernar una ciudad heterogénea y abierta. Sus políticas del cangrejo nos hacen caminar hacia atrás y, si miramos por el retrovisor 8 años, hay que mirar mucho para no ver nada.
*Diputado de Ciudadanos por Castellón en Les Corts Valencianes
