Opinión | Tribuna sindical

Trabajo decente

En el mundo se está haciendo poco por detener la especulación corporativa derivada de esta crisis

El viernes 7 de octubre se celebró la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, dedicada a los millones de trabajadores y trabajadoras de todo el mundo, los cuales merecen y reclaman Justicia salarial.

Desde nuestro sindicato llevamos años reclamando justicia salarial para la clase trabajadora. Desde 2008 la crisis financiera ha dejado una devaluación salarial, lo cual ha llevado a un gran aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza. La justicia salarial es una pieza fundamental del contrato social entre la clase trabajadora, gobiernos y empresas que se ha roto, en gran medida, por una codicia corporativa cada vez mayor. Desde el comienzo de la pandemia han surgido 573 nuevos multimillonarios. Éstos controlan ya más del 13% del PIB mundial mientras cada día más de 700.000 personas más caen en la pobreza.

Desde mediados de 2021, en España, como en el resto de Europa, se viene produciendo un gran aumento de los precios. La crisis medio ambiental, los conflictos armados, pero sobre todo la codicia y avaricia corporativa, está sumiendo en la pobreza a muchas personas trabajadoras. La mitad de los hogares tienen grandes dificultades para subsistir. Los productos básicos, como la energía y los alimentos, no pueden ser afrontados por más del 10% de las familias.

En el mundo se está haciendo muy poco por parar la especulación corporativa derivada de esta crisis. Los salarios mínimos en muchos países no existen y en otros, aunque establecidos, son inadecuados y no llegan al mínimo considerado por CCOO como trabajo decente. El mundo necesita un nuevo contrato social en el cuál la justicia salarial ocupe un lugar central.

Por todo esto, en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, los sindicatos de clase nos movilizamos y reclamamos a las organizaciones empresariales que no bloqueen los procesos de diálogo social ni de negociación colectiva; que entiendan que es urgente que se produzca una subida salarial justa y suficiente, que no merme el poder adquisitivo de las trabajadoras y los trabajadores. Y al gobierno, que se frene el aumento de los precios y que se debe dar un gran impulso al Salario Mínimo Interprofesional.

La quiebra del contrato social como consecuencia de algunas decisiones gubernamentales supone una grave amenaza para la democracia al tiempo que la represión contra organizaciones sindicales y la incapacidad de garantizar una legislación laboral justa alcanzan niveles sin precedentes. Esta situación se ve fortalecida por el mito difundido por economistas, políticos conservadores, liberales y de extrema derecha, bancos centrales y medios de comunicación afines, según el cual la inflación es, de algún modo, culpa de la gente trabajadora, y que un aumento en los ingresos de las personas sería perjudicial para la economía.

Buena parte de las trabajadoras y trabajadores hemos tomado la decisión de movilizarnos para exigir medidas que reduzcan la brecha salarial frente a la inflación fulminante que priva a familias y comunidades de cualquier posibilidad de una vida decente y un futuro digno; enfrentándose, en muchos casos, a una violenta represión por parte de gobiernos que obedecen a intereses corporativos o a la constante amenaza de perder sus puestos de trabajo. CCOO, así como el conjunto del movimiento sindical mundial, llevamos años reclamando justicia salarial para la clase trabajadora, tanto del sector de la economía formal como de la informal, independientemente de donde vivan y del trabajo que realicen.

El mundo necesita un nuevo contrato social en el que la justicia salarial ocupe un lugar central. Hay que acabar con el déficit mundial de 575 millones de puestos de trabajo, que se respeten los derechos fundamentales de los trabajadores y las trabajadoras, hay que acabar para siempre con la discriminación por motivos de género, ampliar la protección social a todas las personas y construir una economía mundial inclusiva, libre de las huellas del colonialismo.

Desde CCOO se pide que las consecuencias de la inflación se tengan en cuenta en todas las negociaciones. Donde la parte empresarial con posiciones muy duras intenta condenar a la clase trabajadora a pagar la crisis. Se han planteado subidas salariales razonables y asumibles para los próximos tres años. El bloqueo en la negociación de los convenios supondrá un aumento de las desigualdades salariales. En base a esas señales nos movilizamos, junto a la Confederación Sindical Internacional, para exigir Justicia salarial.

*Secretario de Organización, Patrimonio, Recursos Humanos, Medio Ambiente y Salud Laboral de CCOO

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